Esa precariedad se puede ver en las externalizaciones de servicios que se vienen realizando en los establecimientos hoteleros de la ciudad y que vulneran sistemáticamente los derechos más básicos de las trabajadoras.
Las camareras que padecen esa situación, al dejar de ser pagadas en base al convenio que rige la hostelería, sufren una merma en sus salarios de hasta 40 pro ciento.
“Se detectan compañeras que trabajan a destajo, que llegan a percibir 2 euros por habitación realizada, y contrataciones a jornada pseudoparcialque en realidad son jornadas de tiempo completo”, enumera un comunicado de la Federación de Servicios de Comisiones Obreras en Cataluña.
El Sindicato reclama, entre otras medidas, un mayor control por parte de la Inspección de Trabajo sobre estas maneras de sobreexplotación laboral.