Ciertamente la del 14 de mayo de 1811, aún con todas sus ambigüedades. Pero, sin dudas, con un fuerte sentimiento de querer ser libres para siempre
¿Qué independencia vamos a celebrar?
Ciertamente la del 14 de mayo de 1811, aún con todas sus ambigüedades. Pero, sin dudas, con un fuerte sentimiento de querer ser libres para siempre
Con todo, la independencia es un proceso. Ahora más que nunca las naciones están religadas entre sí, pero, aun así el concepto de colonia tiende a permanecer.
Por eso seguimos insistiendo: ¿qué rasgos de colonialismo todavía perduran en un país como el nuestro que hoy celebra un aniversario más de su independencia?
En tiempos de elecciones la injerencia de Estados Unidos se hace aún más patente, fundamentada en que «somos su patio trasero». Es un modo de colonialismo externo todavía existente.
Los llamados «amos» del Paraguay, que no llegan al 2 por ciento de su población (ganaderos, sojeros, mafias de todo tipo, representaciones de grandes corporaciones transnacionales, bancos…) tienen el 80 por ciento de la tierra y la mayor parte del dinero, son otro modo de colonialismo interno.
Curiosamente, la actitud política de los dos partidos tradicionales, y de los demás por imitación, actúa internamente colonizando al pueblo. Se le compra en las elecciones y se le olvida durante cinco años. Esa mayoría de paraguayos y paraguayas es expulsada del campo, de las ciudades, de los asentamientos y bañados, y para muchos la única esperanza es escapar hacia la emigración.
Siento pena de escribir todo esto, pero aquí está nuestra lucha. Formalmente tenemos las condiciones para ser un país independiente en el sentido moderno del término. Pero, en la realidad, existen aun fuerzas externas e internas que nos colonizan.
Lo difícil es que para borrar estos fuertes restos de colonialismo de todo tipo, habría que tener aquella decisión independentista de 1811. Y hoy aun mayor todavía.
Lo repito: ésta es nuestra más urgente lucha.
Foto: Gerardo Iglesias