El papa Francisco celebrará en octubre un sínodo en el Vaticano sobre la Amazonia. Y esto ha levantado la preocupación del presidente brasileño Jair Bolsonaro.
El jefe de Estado teme que sus políticas contrarias a la demarcación de las tierras indígenas y a las ONG que combaten el cambio climático desde la Amazonia sean cuestionadas en el evento.
Para el gobierno del ultraderechista presidente Bolsonaro, la preocupación está relacionada con el impulso de una “agenda de izquierda” por parte del “clero progresista”.
El general Augusto Heleno, ministro de Seguridad de Brasil, considera que esto es particularmente preocupante en territorios de frontera. “Pensamos que eso es una interferencia en un asunto interno de Brasil. Estamos preocupados y queremos neutralizarlo”, expresó Heleno.
Bolsonaro respalda el desarrollo del agronegocio en tierras indígenas, restringido por ley, y rechaza dar más tierras a estas comunidades ancestrales, desde hace años atacadas por la deforestación causada por la tala y las mineras ilegales, y por la extensión de la frontera agropecuaria.
El ministro de Seguridad está convencido de que finalmente logrará desactivar los efectos del sínodo. “No traerá problemas. El trabajo del gobierno es desactivar impactos del sínodo, fortalecer la soberanía brasileña e impedir que intereses extraños acaben prevaleciendo en la Amazonia”, dijo.
Por supuesto, estos intereses extraños no son los de las transnacionales apoyadas por Bolsonaro, sino de quienes queremos defender las tierras, es decir los indígenas y los campesinos de la Amazonia.
Pedimos la ayuda de la mártir hermana religiosa Dorothy Stang para que este sínodo que se celebrará en el mes de octubre, convocado por el papa Francisco, logre alcanzar sus objetivos.
En Asunción, Pai Oliva