Las pésimas condiciones en las que laboran estas personas, que llegan por lo general de Nicaragua para la temporada de zafra, fueron denunciadas ante la asamblea sindical.
Con ellos, los patrones incumplen todas las normativas legales y los exponen a riesgos de salud particularmente graves en situación de pandemia.
No reciben ni siquiera el salario mínimo y deben pagar sobrecostos por el transporte, la alimentación y los equipos.
La filial eligió a representantes y comenzó a movilizarse para reclamar la intervención inmediata de los ministerios de Trabajo y Salud.
La constitución de una organización de estas características es una excelente noticia para el movimiento obrero costarricense en su conjunto, en un país en que los sindicatos deben enfrentar obstáculos de una magnitud poco común.