La denuncia es de Ligia Lamich, secretaria de la mujer del Sindicato Industrial de Trabajadores Agrícolas, Ganaderos y Anexos de Heredia (SITAGAH) y miembro de la Coordinadora de Sindicatos Bananeros de Costa Rica (COSIBACR).

“Hemos venido denunciando la destrucción de los baches y ahora de las casas donde viven los trabajadores con sus familias. Tenemos información que ya arrasaron con nueve construcciones”, dijo Lamich a La Rel.

La dirigente sindical explicó que la estrategia de Chiquita es ir despidiendo a gente de mayor edad y sindicalizada, destruir las casas donde vivían y, paulatinamente, ir eliminando estos derechos que tenían los trabajadores y ampliar la siembra de bananos.

No importa –asegura– que exista una larga lista de trabajadores y trabajadoras esperando por una vivienda.

“En las plantaciones de banano en Sarapiquí hay cuadrantes donde viven más de cien familias, y nos preocupa mucho lo que estamos viendo.

Imagínense las dificultades económicas y logísticas que tendrán estas familias una vez que tengan que alquilar una casa y pagar los servicios básicos. Esto va a generar más miseria”, añadió Lamich.

La dirigente de COSIBACR dijo también que el nefasto proyecto destructivo de Chiquita no se enfoca sólo en las plantaciones en Sarapiquí, sino también en otras zonas como, por ejemplo, las que colindan con Panamá.

“El Sindicato de Trabajadores de Chiriquí Land Company (Sitrachiri) ya nos informó que la compañía sigue negándose a firmar el nuevo convenio colectivo.

Hay 14 artículos que Chiquita pretende eliminar, entre ellos los que garantizan viviendas y salud. La cosa viene dura y necesitamos de todo el apoyo posible para denunciar estas violaciones de los derechos de trabajadores y trabajadoras”, concluyó.