Con Mario Agudelo
A 30 años de la masacre de “La Chinita”
El 23 de enero, coincidiendo con el aniversario de la masacre de La Chinita, nuestra organización afiliada, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Agroindustria (Sitrainagro) promovió el conversatorio “El exterminio de Esperanza, Paz y Libertad. Una deuda con la verdad”, en la ciudad de Medellín.
Amalia Antúnez
1 | 2 | 2024
Foto: Sintrainagro
Sobre esto conversamos con Mario Agudelo, víctima y ex dirigente político del movimiento Esperanza, Paz y Libertad (EPL), que participó del encuentro como panelista.
“Lo que buscamos con esta actividad es seguir visibilizando el proceso de exterminio que sufrió el EPL en la región de Urabá en los años 90”, señala Agudelo.
El movimiento Esperanza Paz y Libertad (EPL) surgió de acuerdos entre el gobierno de César Gaviria y el ex guerrillero Ejército Popular de Liberación (EPL) en 1991, y desde entonces sufrió una persecución implacable, sobre todo de parte del 5º Frente de las FARC y de una disidencia propia, así como también de paramilitares del norte de Urabá.
“En este conversatorio buscamos que participaran ex integrantes, ahora desmovilizados, del 5º Frente de las FARC quienes, en un escenario de justicia transicional llamado ‘Justicia y Paz’, reconocieron de manera enfática la participación de este grupo en el exterminio de Esperanza, Paz y Libertad”, indica Agudelo.
La instancia contó también con una nutrida delegación de Sintrainagro, de representantes de la academia, de la prensa y de activistas sociales de la región.
Con relación a la deuda histórica del Estado colombiano con las víctimas, Agudelo afirma que “a pesar de haber sufrido 18 masacres; de haber reportado el asesinato de más de 600 de sus militantes, el desplazamiento de centenares de sus integrantes, ataques a proyectos, tanto sociales como productivos, de los desmovilizados, el movimiento EPL no ha sido reconocido como víctima colectiva del conflicto armado”.
Este reconocimiento es el que buscan diversas organizaciones que promueven, entre otras medidas, una denuncia contra el Estado colombiano ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) por omisión, por no reconocer el exterminio contra el EPL y por consiguiente por no contemplar reparaciones.
“El Estado colombiano ha sido claramente omiso al no proteger a los ciudadanos y ciudadanas que formaban parte del movimiento Esperanza, Paz y Libertad, por no salvaguardar la seguridad de las principales víctimas que fueron trabajadores bananeros afiliados al Sintrainagro”, asegura.
Justicia y Paz aspira a que sean reparadas económicamente al menos 836 víctimas que ya fueron reconocidas.
“Por otra parte, se espera una reparación colectiva –simbólica, memorial– para mantener vivo el recuerdo de las víctimas de ese proceso de paz, y ante la Corte IDH lo que buscamos es una sanción al Estado de Colombia. Se le debe exigir una indemnización individual para cada una de las víctimas de ese conflicto”, apunta.
Del respaldo de la UITA y su oficina regional, Agudelo guarda “un grato recuerdo”.
“Fue por el año 1995 o 1996 que Sintrainagro tuvo la posibilidad de acercarse a la UITA y posteriormente afiliarse. Esto le permitió ejercer el internacionalismo”, dice.
“Gracias a la UITA se dio a conocer en el resto del mundo la situación que estaban viviendo los integrantes de Sintrainagro y Esperanza, Paz y Libertad. Se logró que se tocara el tema en una de las asambleas de la OIT y también se extendió la denuncia a todas las actividades de la Internacional tanto en América Latina como en Europa”.
Agudelo valoró también el importante trabajo social que se hizo con respaldo de la UITA en la región.
“Recuerdo la creación de un colegio que existe hasta el día de hoy en el municipio de Apartadó, construido a partir de los cursos que formación que gestionó la UITA en el martirizado barrio de La Chinita, escenario de la masacre del 23 de enero de 1994, donde fueron asesinadas 35 personas”.
“A pesar de que en la actualidad, las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información permiten con mayor facilidad dar a conocer esta tragedia a nivel mundial, considero que la UITA es un puntal, acá en la región, para que este hecho no caiga en el olvido”, subrayó.