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Crónica de una victoria

Triunfan los obreros cerveceros de Bavaria (AB InBev)

Los trabajadores de Cervecería del Valle decidieron ir a la huelga en una votación en la que la dirección de la empresa pretendió incidir. César Collazos Rico, directivo de la CUT en el departamento del Valle, cuenta en esta crónica cómo se produjo esa decisión y los fracasados intentos de amedrentamiento de la filial de AB InBev en Colombia.

César Collazos Rico

Faltaban 15 minutos para cerrar el primer día de votación de la huelga y aparece un negociador con la noticia: hemos llegado a un acuerdo. Había triunfado la persistencia de las organizaciones sindicales frente a la actitud antisindical de la compañía Bavaria. Un triunfo de la persistencia.

El día 27 de octubre había concluido la etapa de arreglo directo en el conflicto obrero-patronal sin un acuerdo entre las partes.

La compañía Bavaria instó a las organizaciones sindicales a medir fuerzas para dirimir la controversia en el siguiente escenario legal: huelga o tribunal.

A las 5 de la tarde de ese día, el movimiento sindical colombiano recibía la noticia de la prolongación del conflicto. Los dirigentes sindicales de Cervecería del Valle en Yumbo y Cali se prepararon para madrugar.

Siendo las 16.30 del jueves 28, una docena de dirigentes sindicales (Sinaltrainbec, Ustiam, Utibac y Sinaltraceba1) llenos de entusiasmo, instalaron una carpa, una mesa, dos cubículos y una urna transparente, junto a la portería principal de Cervecería del Valle en Yumbo, Valle).

Dos delegados del Ministerio del Trabajo, con poder preferente, se hicieron presentes para iniciar el proceso de votación.

Sin perder tiempo, a las 5.20 de la mañana, se instaló en la portería un equipo del personal administrativo de la planta. Lo lideraba el director de la misma, la apoderada de la representación legal, la directora de recursos humanos, el jefe de seguridad y una docena de mandos medios de la empresa.

Naturalmente no fueron a votar, ni a ser garantes del proceso democrático. Su papel fue el de intimidar a los obreros que ingresaban o salían de la planta.

Los delegados sindicales y un garante de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT Valle) protestaron por el constreñimiento, pero fueron desoídas las reclamaciones. La determinación de la compañía era clara: evitar la participación masiva de los trabajadores en la votación.

A las 9 la compañía solicitó voceros para conversar. Mientras tanto, en la carpa los delegados sindicales analizaban el camino a seguir ante la situación de hostigamiento de la compañía, las alternativas contemplaban: suspender la votación o solicitar autorización para instalar un nuevo punto de votación.

Cada propuesta fue consultada a la dirección nacional de las organizaciones sindicales a cargo del proceso.

Antes del medio día se realizó un mitin en los dos sentidos de la vía que comunica a Yumbo con Cali.

Con paciencia y mucho respeto los conductores escucharon el mensaje de los dirigentes sindicales. El gesto de los conductores fue un aliciente moral. Sin embargo, previo al segundo cambio de turno (a las 13 horas), la compañía redobló la presencia de personal jerárquico en la portería.

Los obreros que ingresaron en la mañana y no tuvieron tranquilidad para votar, tampoco la tuvieron a la salida del turno.

Con este incidente se tomó en serio la consideración de suspender la votación y pedir garantías reales para poder desarrollar la segunda jornada de votación el viernes 28 de octubre. Se alcanzó a redactar un documento para dejar la constancia de la suspensión y se quedó a la espera de noticias de los negociadores.

A las 16.45 apareció un negociador con la noticia del éxito. De manera diligente los dos delgados del Ministerio del Trabajo redactaron el acta del cierre del proceso. Los obreros, extenuados, pero con la alegría del triunfo, desmontaron rápidamente las improvisadas instalaciones de la votación.

En la urna se encontraron 80 votos, todos por la huelga. Una muestra de lealtad y persistencia, pero lejos de los 212 votos para la declaratoria de huelga.

Notable la persistencia de las organizaciones sindicales y sus asociados. Reprochable el comportamiento de la compañía, que se ampara en preceptos constitucionales para asegurar sus ganancias, pero las irrespeta cuando se trata de los derechos de los trabajadores.

El constreñimiento a los trabajadores, en una alta proporción con contrato a término fijo, representa una flagrante violación del derecho de asociación, negociación colectiva y del derecho al voto.

Cervecería del Valle es la planta más grande de Bavaria Ab InBev en Colombia. Durante 2020 sus ingresos superaron los 266 millones de dólares y las ganancias superaron los 89 millones.

Es de las empresas manufactureras con menos afectaciones en los ingresos y utilidades por efectos de la pandemia. El año pasado ocupó el puesto 40 entre las 307 empresas manufactureras más grandes de Colombia.

Dispone de dos ventajas otorgadas por el Estado colombiano: es una zona franca y tiene contrato de estabilidad jurídica.

Es una de las 14 compañías en Colombia con esta doble garantía, que le permite privilegios tributarios que otras empresas no tienen.

Sin embargo, parece que esto no es suficiente y persiste en una política de precarización de las condiciones del trabajo.

Esta es una centenaria tradición de las transnacionales en Colombia: se enriquecen con el mercado interno, con el esfuerzo de la clase trabajadora y con los privilegios tributarios, pero cuidado se les exigen garantías laborales de calidad.

A los compañeros obreros de Bavaria el reconocimiento por la tenacidad en la lucha por los derechos de la clase trabajadora y el pueblo colombiano.