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Sinaltrainbec denuncia incumplimientos de AB Inbev

Oscar Morales, Efraín Santamaría, Henry Matajira, Alberto Villada, Jimy Camarillo y Edgar González, todos dirigentes del Sinaltrainbec y trabajadores de AB Inbev analizaron en una nota colectiva las dificultades que enfrentan en las distintas plantas que opera el gigante cervecero en Colombia. Denuncian, entre otros, problemas en el pago de salarios, en la siniestralidad laboral y una continua violación de la convención colectiva.

“Antes había una persona en Recursos Humanos a quien acudir para hablar, por ejemplo, cuando no liquidaban bien el salario. Ahora todo lo migraron a una plataforma que se llama CARO, un asesor virtual que lo manejan desde México.

Cuando tenemos un reclamo salarial, como una hora extra o un dominical mal liquidado, una máquina nos da un ticket con el reclamo y a esperar”, explica Morales.

El dirigente agrega que si liquidan mal una quincena, el trabajador puede llegar a tardar en cobrar ese reintegro hasta dos meses y este es un tema reiterativo, para el que AB Inbev no ofrece solución.

“Además del impacto directo en el salario no es lo mismo hablar con una persona, que tener que hacerlo telefónicamente o a una computadora que imprime un ticket o una reclamación”, dice.

Para Efraín Santamaría el problema se acentúa porque el pago por quincena y la superposición de errores hacen que el trabajador nunca sepa cuánto va a cobrar y eso genera inestabilidad porque tienen familias para mantener y cuentas para pagar.

“Puede pasar que en alguna quincena llegue el salario bien, pero a la siguiente empieza de nuevo el problema. Todo esto le está pasando a la mayoría de los trabajadores del Salón de Embotellado, del Departamento de Elaboración y de Servicios Industriales”, señala.

En lo referente a salud y seguridad laboral los trabajadores coindicen en que la situación no es igual en todas las fábricas pero sí en que la política de la empresa para prevenir o evitar accidentes laborales dista de ser óptima.

Prohibido accidentarse

“Vemos varios casos de accidentes que no se manejan de forma adecuada. Si un trabajador se lastima un dedo, antiguamente (antes de la llegada de AB InBev a Colombia) lo revisaban y lo enviaban a la Administradora de Riesgos Laborales, y esto era contabilizado como accidente laboral. Ahora un dedo lastimado o una cortada no van para la estadística, así AB Inbev mantiene su plan de cero siniestralidad”, denuncia Morales.

Y agrega: “el tema de seguridad en AB Inbev es demasiado crítico, porque lo manejan como un indicador y de acuerdo a eso es como califican a los gerentes y demás mandos medios y esto fomenta presiones y temores en toda la plantilla”.

En ese sentido el dirigente manifestó que el sindicato siempre está abierto a participar y trabajar conjuntamente a través del Comité Paritario de Seguridad y Salud en el Trabajo (Copasst) para que la siniestralidad sea la más baja posible, pero de ninguna manera puede permitir que haya una subnotificación de los accidentes para cumplir con un índice.

“Se están maquillando o manejando de manera inadecuada muchos casos de trabajadores que se accidentan en las diferentes áreas como las de Elaboración, Envasado, Cocina, Malta, Fábrica de Tapas, etcétera”, dice Morales.

La empresa tiene implementado el Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo solo durante la jornada administrativa.

“En los turnos más críticos, como el de la tarde y el nocturno, donde por cansancio el riesgo a accidentarse es más alto, no se cuenta con prevencionistas”.

Santamaría por su parte dispara: “AB Inbev, es una empresa financiera, no es una cervecera, no le importa la salud de los trabajadores, solo le interesan los costos y uno de ellos es el contrato con la administradora de riesgos laborales Colmena, entonces la empresa esconde los accidentes y los reporta como incidentes para que no se incremente el contrato con la aseguradora”.

“Accidente cero”

El dirigente subraya que se han visto ingenieros y otros trabajadores, profesionales y no profesionales, trabajando vendados, con cortaduras o con fracturas.

“Eso atenta contra los derechos humanos. La empresa después coloca en la cartelera que se preocupa por nosotros con la política de ‘Accidente Cero’ pero para llegar a eso se debe trabajar mancomunadamente con el Copasst, siendo que muchas veces la empresa lo desconoce”.

AB Inbev pacta reuniones de manera unilateral y no convoca a los sindicatos que fueron elegidos por los trabajadores, vulnerando de esta forma derechos laborales y sobre todo la salud.

“Ahora estamos pasando un momento muy difícil, donde está prohibido accidentarse. El que se accidenta debe curarse solo para no informar a la empresa por miedo a ser despedido, a que le cancelen el contrato de trabajo”, denuncia Santamaría.

Henry Matajira acota que en la fábrica de Bucaramanga se vienen atrasando en la entrega de la dotación personal para todos sus trabajadores y trabajadoras.

“Además del atraso viene incompleta, solo entregó un pantalón y una camisa, faltan las botas de seguridad, y los Elementos de Protección Personal (EPP)”.

Va uno a preguntar por gafas de seguridad y no hay, guantes de neopreno o anticortes y no hay, ni tapabocas, ni tapaoídos. No los volvieron a hacer porque son muy costosos, a los compañeros de envase les dan de espuma, hay compañeros que llegan en el turno de la noche y como no hay seguridad se introducen algodón en los oídos, así está la situación”, dice Matajira.

En Tocancipá sí entregaron la dotación completa, así como los EPP. Lo mismo ocurre en la planta de Valle.

Precarización creciente

Matajira relata que hace unas semanas en la planta de Bucaramanga, hubo un escape de amoníaco, y no existían elementos adecuados para cubrir esa emergencia.

“Afortunadamente no hubo afectados pero el personal de la brigada de seguridad fue tan hostigado que terminó renunciando”.

Santamaria recuerda que los equipos son muy antiguos y requieren mayor mantenimiento o renovación pero la empresa no lo entiende necesario, no quiere invertir en maquinaria nueva.

En cuanto al bienestar laboral los trabajadores denuncian que la empresa vendió dos propiedades que eran utilizadas como colonia de vacaciones de los obreros y sus familias, y dejó de ofrecer los bonos para medicinas, violando de esta forma lo acordado en la convención colectiva.

Alberto Villán explica que desde la toma de control de parte del grupo AB Inbev, la precarización ha aumentado.

Cervecería del Valle desconoce la implementación de la jornada familiar consagrada en la ley 1857 de 2017, que entró en vigencia el 26 de julio de 2017, y a la fecha no hemos disfrutado un solo día con la familia”, señala.

Jimy Camarillo relata una experiencia similar en Cali, decisiones unilaterales y arbitrarias.

“La convención establece claramente que debemos contar con un Comité Deportivo. Lo solicitamos y la empresa siempre nos responde con evasivas, lo que ha deteriorado la relación entre el sindicato y la empresa. Ya no tenemos diálogo”, sentencia Camarillo.