-¿Cómo evalúas la reunión con el secretario de Agricultura del Departamento de Antioquia Jaime Alberto Garzón?
-Me pareció muy buena, porque el secretario es un hombre muy comprometido con el campo, con el trabajo de los campesinos en la región de Urabá, donde hay muchos que precisan apoyo.
El campesinado necesita asesoría técnica, jurídica y recursos económicos y el gobernador le ha dado autorización para que nos ayude a organizar a los campesinos a sacar su producción agrícola.
Esta instancia fue muy importante además, por el apoyo de los funcionarios de la OIT, la CUT y por la presencia de la Rel-UITA, que vino a reforzar la confianza en el trabajo que Sintrainagro viene desarrollando en la región en favor de los campesinos y sus familias.
-¿Tantas limitaciones y problemas comprometen la paz en el campo?
-Ese es uno de los factores que hemos manifestado al gobierno nacional y a todos los organismos internacionales.
Mientras no se resuelva el problema de fondo, al que además se suman los desmovilizados de las FARC, las cosas no van a cambiar y la tan anhelada paz no llegará porque muchos de estos desmovilizados son hijos de campesinos que se fueron con los guerrilleros porque no tenían otra salida.
Si no consideramos generar oportunidades de trabajo digno volverán a delinquir, como ha pasado con el proceso de paz en El Salvador.
Sin trabajo no puede haber justicia social y sin justicia social no puede haber paz.
Por eso es necesario subsidiar al sector rural, ayudar a los campesinos, darle tierra al que no la tenga, para que pueda producir y se pueda generar empleo digno, para los que ya están y para los reinsertados de las FARC.
En Medellín,
Gerardo Iglesias