-¿Cuál es la situación en Brinsa?
-Desde que hace seis años creamos la Subdirectiva Sinaltrainbec, hemos sufrido persecución sindical, sobre todo hacia los dirigentes, al punto que al anterior presidente del gremio lo sacaron del puesto de trabajo que tenía y lo relegaron a una oficina en la que no tenía contacto con ningún trabajador.
Cuando se creó la subdirectiva de Cajicá, el 21 de marzo de 2013, teníamos 96 afiliados. Cinco días después se retiraron aproximadamente 60, porque la empresa empezó a ofrecer prebendas, ascensos, viajes a Cartagena o Santa Marta con tal de que se fueran del sindicato. Y lo logró.
-¿Y también desconoce a Sinaltrainbec?
-También se empecina en desconocer a Sinaltrainbec y no nos cita a reuniones. En este momento está incumpliendo el laudo arbitral.
La última negociación que tuvimos fue en mayo de este año, y como siempre nos fuimos de nuevo a Tribunal porque la empresa no ha satisfecho ninguna de las peticiones de nuestro pliego.
Ya hemos ido tres veces a Tribunal de Arbitramiento. La última vez Brinsa dilató 22 meses el nombramiento de su árbitro y ahora apunta en la misma dirección. Su asesor jurídico es experto en dilaciones.
Por otra parte, la empresa pretende que el Pacto Colectivo sea la misma Convención Colectiva de Trabajo, a la cual nosotros siempre nos hemos opuesto.
Ellos no quieren negociar, pero nos catalogan a nosotros de peleadores y dicen que queremos acabar con Brinsa.
No es así. Llevamos seis años de vida sindical y la empresa sigue creciendo, sigue vendiendo, sigue produciendo.