-¿Cómo ve el panorama al inicio de esta nueva negociación?
-Difícil, porque somos minoría. Además, la compañía firmó un pacto colectivo con los trabajadores no sindicalizados, esa modalidad tan perversa que existe en Colombia.
En ese pacto, el aumento salarial es del 4,15 por ciento, muy por debajo del decretado por el gobierno nacional para el salario mínimo, que fue del 6.
Casi siempre lo que se estipula en el pacto es igual al aumento que se celebra con los sindicatos, es decir, te marca la cancha.
-¿Cuándo se presentó el pliego de peticiones?
-El 5 de febrero. La empresa citó la mesa de negociación para 19 y la etapa de arreglo directo empezó el 12 de marzo con los sindicatos acá en Bogotá.
-En el municipio de Carepa, en Urabá, ¿ya iniciaron pliego?
-A principios de febrero, y el 24 empezaron con la etapa de arreglo directo. A la fecha ya tienen muy adelantada la discusión y han llegado a acuerdos importantes.
De igual manera sigue en discusión la parte económica que se le va a aplicar a los trabajadores. En Carepa la negociación es más directa porque el sindicato es mayoritario (41 afiliados por 75 empleados) y se aplica la Convención para todos los trabajadores de la compañía. Allí no hay pacto colectivo.
-¿Cuántos sindicatos se sientan a negociar y cuáles son los principales puntos en discusión?
-En Bogotá, somos seis sindicatos.
El punto principal en nuestro pliego es el relacionado con el aumento salarial. Sabemos que nuestra convención es buena y tratamos de defender lo que ya está convencionado, de no ceder nada en ello.
Por algunos estudios que se han hecho, la convención colectiva de Coca-Cola de INDEGA, la que distribuye, la que tiene a franquicia de la transnacional en la mayor parte del país y que depende de Coca-Cola FEMSA, es la más fuerte en el sector de alimentos en Colombia.
Quisiera agradecer a la Rel UITA y a la Felatrac por interesarse y estar pendiente de esta negociación en Colombia, en donde los trabajadores hemos defendido con uñas y dientes lo que tenemos.
Sabemos que estamos luchando contra una multinacional grande, pero no debemos dejar que se apague la llama de la lucha sindical en una empresa como esta.
En Bogotá, Alexandra Muñoz | Rel UITA