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Unilever Andina Ecuador

Externalización y subcontratación, sin tocar sus marcas

Una historia repetida. Las decisiones de la transnacional Unilever siguen causando desempleo y destruyendo organizaciones sindicales formales con su política de restructuración en la región de América. Hoy le tocó el turno a Ecuador.

Claudio Urrutia

24 | 11 | 2022


Foto: Gerardo Iglesias

La Federación de Trabajadores Ecuador, FESITRAE, denunció como un duro golpe a la organización sindical y a sus asociados la decisión de UNILEVER de despedir a 85 trabajadores, entre los cuales hay cinco dirigentes sindicales, que forman parte del centro de distribución de productos de limpieza de la transnacional.

Lo mismo ha sucedido en varios países de la región, como Argentina y Chile. En este último, se destruyeron en varios años más de 3.000 puestos de trabajo y se disolvieron organizaciones sindicales históricas.

La política de Unilever es desarrollar sus negocios en países de alto consumo desde donde distribuyen sus más de 400 marcas de detergentes, alimentos y productos de belleza, dejando de producir en países con menor demanda, impactando directamente a trabajadores y trabajadoras.

Esta forma de operar sigue poniendo en peligro de extinción miles de puestos de trabajo formales y también a las respectivas organizaciones sindicales, sin contrapeso ni de las autoridades ni de la legislación laboral de los países de “acogida”.

Una política de clúster que beneficia el negocio de Unilever. Un grupo de gerentes expertos en restructuraciones y despidos masivos repartidos en la región le permite avanzar a pasos agigantados en un agresivo modelo de negocios donde el “fin justifica los medios”, aprovechando sus espaldas económicas y las debilidades de los países más pobres, con menor población y oportunidades.

La mayor eficiencia de su operación se sustenta directamente en menos empleos.

Una tarea sin fin para las y los trabajadores de la transnacional y para los gobiernos, que deben poner atención a la forma de hacer negocios de empresas como Unilever, donde año a año vemos despidos masivos y prácticas antisindicales.