El 11 de enero, ante la permanencia del semáforo rojo en Ciudad de México, que prohibía la operación de restaurantes, una particular protesta se realizó en el Zócalo capitalino. Cientos de meseros, garroteros, bartenders, acompañados de dueños de negocios, exigieron al gobierno de la ciudad autorizar, aunque sea parcialmente, la operación de los restaurantes. Al mismo tiempo anunciaron una medida de desobediencia bajo el lema de “Abrimos o morimos”.
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