Después de que Nestlé hostigara fuertemente al sindicato de la empresa en Nicaragua (SINPROLAC) el pasado año, la organización al comando del compañero Osman Salgado ha iniciado un proceso continuo de formación y capacitación sindical para dirigentes y afiliados.
El fracaso de las cúpulas partidarias
La cercanía de un proceso electoral debería suponer la posibilidad de acabar con el régimen dictatorial de Daniel Ortega por la vía del voto popular. Sin embargo, esas esperanzas quedaron pulverizadas cuando las cúpulas partidarias de “oposición” no se pusieron de acuerdo para inscribir una alianza electoral en los perentorios plazos que estableció el recién integrado Consejo Supremo Electoral (CSE), controlado por el oficialismo.
Omisión sobre el avance del Covid-19
Un gobierno mirando para otro lado
Asamblea general del SINPROLAC
Sindicato de Nestlé Nicaragua (PROLACSA) hace un llamado a la unidad de trabajadores y trabajadoras y a fortalecer la organización ante el inminente inicio de negociación colectiva.
Sindicato Hotel Las Mercedes emprende nuevo camino
Asamblea elige a nuevas autoridades
Silencios que matan
Sin ética la izquierda no es nada. Ni el programa, ni los discursos, ni siquiera las intenciones tienen el menor valor si no se erigen sobre el compromiso con la verdad, con el respeto irrestricto a las decisiones explícitas o implícitas de los sectores populares a los que dice representar.
Petición al presidente Daniel Ortega
Jaime Wheelock Román fue comandante de la Revolución Sandinista. Es académico e investigador y preside la Junta Directiva del Instituto para el Desarrollo y la Democracia (IPADE).
“No queremos más enfermos en Nestlé”
Urge bajar los ritmos de trabajo y la presión laboral
El aporte invaluable de la mujer
Desde el Clamu luchamos en defensa de sus derechos
Nicaragua: El diablo en el cuerpo
Si alguien quiere imaginar un lugar remoto de Nicaragua, perdido en la incierta geografía de las selvas de la costa del Caribe, no hay mejor ejemplo que El Cortezal. Para llegar hasta allí, el periodista Carlos Salinas tuvo que hacer un viaje de cuatro horas desde el mineral de Rosita, donde no hay aeropuerto, a bordo de una camioneta que debía capear zanjas y piedras, y luego tres horas más a pie, a veces atravesando ríos, en media montaña. Aquí fue donde literalmente el diablo perdió el poncho