En momentos en que en países como Ecuador, Nicaragua o República Dominicana los trabajadores de Nestlé están llevando a cabo duras negociaciones salariales, la transnacional difunde números que dejan en evidencia su excelente situación financiera.

En momentos en que en países como Ecuador, Nicaragua o República Dominicana los trabajadores de Nestlé están llevando a cabo duras negociaciones salariales, la transnacional difunde números que dejan en evidencia su excelente situación financiera.
El reciente Informe Anual de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), junto a otras entidades de las Naciones Unidas, establece que “casi 690 millones de personas pasan hambre, esto es el 8,9 por ciento de la población mundial, un aumento de 10 millones de personas en un año y de casi 60 millones en cinco años”. También advierte sobre la amenaza de una hambruna sin precedentes como consecuencia del Covid-19.
Conocer la historia de la lucha feminista permite comprender la creación del movimiento internacional de mujeres y la celebración de un día que las representa.
Desde finales del siglo XIX, las organizaciones de mujeres de los movimientos obreros en varios países europeos y en los Estados Unidos protestaban por mejores condiciones laborales.
“No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que se cuestionen los derechos de las mujeres. Estos derechos nunca deben darse por adquiridos, deberéis permanecer alertas toda la vida.” Estas palabras, escritas hace más de 50 años por la renombrada feminista Simone de Beauvoir, resuenan en este momento, cuando las mujeres de todo el mundo enfrentan las consecuencias de la pandemia de Covid-19.
En 15 años se ha triplicado el número de menores de edad, en especial niñas, víctimas de trata en el mundo; y América Latina es una de las regiones con más altos índices de este delito, revela la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) en un reporte.
Si estaremos poseídos, si estaremos ideológicamente embrujados que a ningún estado se le ha ocurrido la idea que las vacunas para combatir la pandemia de coronavirus deberían ser consideradas un bien común y exigir que se les trate como tal, cuando se sabe que buena parte de los fondos que han recibido las farmacéuticas para producirlas han sido precisamente públicos.
Cada año, poco antes de que en el paraíso suizo de Davos se reúnan los grandes del mundo (gobernantes, empresarios, magnates, algún que otro filántropo), la organización no gubernamental Oxfam difunde un informe sobre las desigualdades en el planeta. El documento de este año no trajo sorpresas: la pandemia aumentó la brecha entre Norte y Sur y entre ricos y pobres al interior de cada país.
Vacunas Covid-19: se perfila un fracaso moral catastrófico
Un pequeño productor rural cerca de Rodríguez, un pueblo a 60 kilómetros de Montevideo, produce hortalizas orgánicas en un predio de cuatro hectáreas y vende la producción en dos ferias en la capital uruguaya. Su testimonio suena casi apocalíptico.