Eso, venas abiertas es lo que semejan hoy los afluentes de la cuenca del río Guaíba: un sistema circulatorio del agua reventado por décadas de acciones y políticas depredatorias.
Una tormenta perfecta
Desde el 28 de abril el estado brasileño de Rio Grande do Sul atraviesa la peor inundación de su historia. Más de un centenar de muertos, cerca de 150 desaparecidos, casi 400 heridos, 70 mil refugiados y 180 mil evacuados, más de 1,5 millones de afectados.