El país necesita volver a respirar

Brasil ha estado observando, estupefacto, al desmantelamiento de las instituciones, los derechos de los trabajadores, el fin de la seguridad alimentaria, el avance del desempleo, la escalada de la violencia −especialmente la violencia partidista−, las campañas de desprestigio a la prensa y las urnas electrónicas, amenazas constantes de intervención militar y golpe de Estado.