Una cosa hay que concederle al gobierno de Jair Bolsonaro: cumple con sus promesas.
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Una cosa hay que concederle al gobierno de Jair Bolsonaro: cumple con sus promesas.
El pasado 28 de marzo, la APISBio realizó su primera actividad como asociación en defensa de las abejas y por el derecho de las nuevas generaciones.
Luego del Simposio Internacional sobre mortandad de abejas y agrotóxicos, la asociación que agrupa a diversas organizaciones defensoras del ambiente y la biodiversidad, entre ellas la Rel UITA, sentó los precedentes legales para atacar el flagelo de la mortandad de abejas a causa del uso indiscriminado de agrotóxicos en los cultivos agrícolas.
El gobernador de la provincia argentina de Entre Ríos, Gustavo Bordet, había autorizado las fumigaciones a menos de cien metros de las escuelas.
En la tarde del jueves 28 de marzo, cerca de 380 personas -entre productores, autoridades, investigadores, estudiantes, organizaciones, movimientos sociales y comunidad en general- se reunieron en la ciudad de Mata, en el Simposio Internacional Sobre Mortandad de Abejas y Agrotóxicos.
La Articulación por la Preservación de la Integridad de los Seres y de la Biodiversidad (APISBio*), conjuntamente con organizaciones de productores, academia y defensores del medio ambiente se reúne hoy en la ciudad de Mata en Rio Grande do Sul para debatir acciones en la defensa de la biodiversidad
La Articulación por la Preservación de la Integridad de los Seres y de la Biodiversidad (APISBio) se reunió con el Ministerio Público de Rio Grande do Sul ante la masiva mortandad de abejas en la región.
Una pericia científica comprobó que la mortandad de millones de abejas en el estado de Santa Catarina se debió a la contaminación por agrotóxicos.
Las organizaciones sindicales internacionales que asisten esta semana en Nairobi a la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente reclaman un esfuerzo mundial urgente para abordar el problema de la basura marina, la contaminación por plásticos, las sustancias peligrosas y los desechos tóxicos.
La campaña para detener la reautorización del glifosato en la Unión Europea no logró prohibir ese agrotóxico, pero sí exponer el control que ejerce la industria agroquímica sobre las autoridades reguladoras encargadas de proteger la salud pública y el medio ambiente.