Aunque el turismo es una importante fuente de ingresos y empleo para Brasil, poco se ha problematizado sobre el nivel de precarización de las ocupaciones en el turismo por parte de la academia y los medios de comunicación.
La precariedad del trabajo no es algo nuevo, pero hay un cierto desconocimiento sobre esta característica del trabajo en el mundo capitalista dentro del área del turismo, que es comúnmente fetichizado.
Un breve análisis del perfil de la clase trabajadora del turismo puede dar pistas sobre esa precariedad.
En este artículo presento algunos datos procedentes del Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada (IPEA), vinculado al gobierno federal brasileño, que desarrolló el Sistema de Informações sobre o Mercado de Trabalho no Setor do Turismo (SIMT) y cuyo objetivo es ofrecer informaciones que sostengan las formulaciones y evaluaciones de políticas públicas de turismo en el país.
Es importante subrayar que el IPEA sólo mide la empleabilidad formal del sector en el país. Y esa dimensión ya es la primera característica de la precariedad del trabajo en el turismo.
Según las estimaciones del Instituto, la formalidad representa sólo el 43 por ciento del total de las ocupaciones en el turismo.
Esto significa que el 57 por ciento de los trabajadores no tienen un contrato de trabajo firmado y no tienen ningún derecho laboral, como vacaciones remuneradas, descanso semanal y seguro de desempleo.
En el ámbito del trabajo formal, en Brasil tenemos cerca de 2 millones de empleados en actividades vinculadas al turismo, las ACT, subsectores del turismo que el Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE) desarrolló para medir el mercado de trabajo en el turismo de manera más precisa.
Así, las ACT comprenden las actividades de alojamiento, alimentación, transporte terrestre, transporte acuático, transporte aéreo, alquiler de transportes, agencias de viajes y cultura y ocio.
La gran mayoría de los empleos del turismo (61 por ciento) se concentra en el sector de alimentación, seguido de los sectores de alojamiento (16 por ciento) y transporte terrestre (11).
También tenemos empleos en transporte aéreo, alquiler de transportes, agencias de viajes, transporte acuático y cultura y ocio, que representan cada uno menos del 3 por ciento.
La segunda característica de la precariedad del trabajo en el turismo tiene que ver con la extensa jornada laboral de sus trabajadores.
En todas las ACT, la gran mayoría de los trabajadores de turismo (90 por ciento) trabaja más de 41 horas por semana.
Este número de horas entra en la jornada permitida por la legislación brasileña, es decir, las 48 horas semanales (44 horas regulares + 4 horas de hora extra), pero no se contabiliza el segundo empleo, normalmente informal, los “bicos” (changas), que ayudan a complementar la renta.
Estimaciones recientes pusieron en evidencia que casi la mitad de la población económicamente activa de Brasil necesita un segundo empleo para enfrentar la crisis económica.
La única ACT que escapa de esta regla es el transporte aéreo, que tiene a la mayoría de sus trabajadores trabajando de 21 a 40 horas. Es importante destacar que ese es el único subsector en que las reglas de trabajo son más rígidas y los sindicatos de trabajadores más combativos.
Finalmente, la remuneración media de los trabajadores es la que más confirma la precariedad en el trabajo turístico en Brasil.
Según la IPEA, la remuneración media pagada en el sector turístico es de 2.286 reales (571 dólares), pero hay una gran variación entre las actividades relacionadas.
Las menores retribuciones son pagadas por los subsectores de alimentación (1.226 reales o 306 dólares) y alojamiento (1.476 reales o 369 dólares). La mayor remuneración es pagada por el transporte aéreo, que tiene un salario medio de 5.529 reales (1.382 dólares).
Es interesante notar que el sector de la alimentación, con mayor cantidad de horas trabajadas en la semana, es el que peor paga. Y, por otro lado, el sector aéreo, con menor jornada de trabajo, es el mejor pagado.
Hay también cierta diferencia de remuneración media por género. En todas las ACT la remuneración media de los hombres es más alta que la de las mujeres.
La excepción es el subsector del alquiler de transporte, que tiene una media de remuneración femenina ligeramente superior por 50 reales (12,5 dólares) más que la media de la remuneración masculina.
El transporte aéreo existe una remuneración media masculina de 6.612 reales (1.653 dólares), prácticamente el doble del salario femenino (3.670 reales o 917 dólares).
Los datos de formalidad, jornada de trabajo y remuneración aquí presentados muestran parte de las condiciones de trabajo del turismo en Brasil.
Sumadas a éstas, dimensiones como baja organización sindical, baja cualificación y trabajo exhaustivo, evidencian por qué el trabajo turístico en el país está marcado por una profunda precariedad.
*Ángela Teberga tiene un doctorado en turismo y hospitalidad por la Universidad de Caxias do Sul (Rio Grande do Sul) y es docente en la Universidad Federal de Tocantins. Este trabajo fue presentado en el Seminario Internacional de Turismo y Derecho en un mapa de Contradicciones – Reflexiones sobre la democratización del acceso y los impactos de las prácticas turísticas, organizado por el SESC Sao Paulo el 12 y 13 de junio pasados.
La Rel lo toma de la página web de Alba Sud.Nota del Editor: Título e intertítulos son de La Rel.