Las LER en los frigoríficos
Este 26 de febrero, coincidiendo con el Día Internacional de Combate a las Lesiones por Esfuerzo Repetitivo (LER/DORT), Fundacentro*, con el apoyo de las confederaciones de trabajadores de la alimentación de Brasil (CONTAC/ CUT-CNTA), el Ministerio Público de Trabajo (MPT) y la Rel UITA, organizó un encuentro híbrido para analizar el estado de las dolencias profesionales con foco en la industria cárnica.
Amalia Antúnez
28 | 2 | 2025
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Foto: Fundacentro
Bajo la consigna “Frigoríficos: ayer, hoy y perspectivas”, un panel de especialistas y sindicalistas evaluaron los alcances de la NR36, norma que regula el sector de faena y procesamiento de carne y sus derivados, la lucha sindical por mantener estándares mínimos de salud y seguridad, y el futuro inmediato de una industria que continúa masacrando trabajadores y trabajadoras.
Roberto Ruiz, médico laboral responsable del departamento de Salud de la Rel UITA, Célio Elías, exdirigente sindical, Artur Bueno de Camargo, presidente de la CNTA, Leomar Daroncho, procurador del MPT, y Thaís de Carvalho, fisioterapeuta y ergonomista de la Fundacentro, completaron el panel, dirigido por la doctora Maria Maeno, investigadora de Fundacentro y querida amiga de la Rel UITA de larga data.
Los organizadores hicieron un paréntesis para homenajear a Siderlei Silva de Oliveira, dirigente sindical de la CONTAC/CUT fallecido en 2020, recordando su papel fundamental en la creación de la NR36 y su defensa irrestricta de los derechos de trabajadores y trabajadoras.
El doctor Ruiz realizó un repaso de la lucha que concluyó en la homologación de esa importante norma en 2013, y trazó un paralelismo entre la incidencia de las enfermedades profesionales en el sector frigorífico antes y después de la NR36.
Los últimos datos relevados indican que, luego de una caída en el número de enfermedades en los primeros tiempos de aplicación de la norma, en los últimos años se ha dado un aumento de los casos.
Entre otros factores para ese crecimiento se establecen la pandemia de Covid 19 y el bajo número de fiscales del trabajo en un gobierno declaradamente antiobrero como lo fue el de Jair Bolsonaro.
Ruiz recordó el ataque hacia las normas reguladoras en ese período y cómo el movimiento obrero se plantó para que la NR36 no fuera alterada como pretendían empresarios del sector amparados por Bolsonaro.
Célio Elias trajo el testimonio de trabajadoras que la industria frigorífica discapacitó de por vida, remarcando la necesidad permanente de que los sindicatos monitoreen el cumplimiento de la NR36.
El exdirigente y actual asesor del Sindicato de Trabajadores de la Alimentación de Criciúma y Región (SINTIACR) recordó que antes de la NR36 los trabajadores de las avícolas sufrían un ritmo laboral intenso con movimientos repetitivos, teniendo que colgar 22 pollos por minuto y deshuesar siete muslos en el mismo tiempo.
Esa realidad cambió luego de la norma, entre 2013 y 2019. Actualmente tenemos estadísticas desfavorables y eso se ve en el día a día, en la puerta de los frigoríficos y en el número de trabajadores que tocan la puerta del sindicato.
Artur Bueno de Camargo repasó las dificultades que enfrentó el movimiento sindical para llegar a la NR36 y destacó la unidad de acción como fundamental para que la norma prevalezca.
La lucha para reducir las enfermedades y accidentes en la industria frigorífica, en particular las fugas de gas amoníaco, que se producen con una frecuencia alarmante, se vio reforzada, dijo.
El dirigente señaló que se está trabajando fuerte en ese plano, con seminarios y denuncias para revertir esta realidad que afecta a cientos de trabajadores y trabajadoras y que puede ser evitada si las empresas invierten lo necesario.
Leomar Daroncho destacó a su vez que la NR36 solo está vigente por la manifestación de los trabajadores organizados, a pesar de la mala prensa que tienen los sindicatos en el país.
El procurador evaluó que sería muy importante internacionalizar la norma para que los consumidores y los mercados conozcan la realidad de la industria y puedan presionar a las empresas a cumplir con lo dispuesto en la NR36.
Daroncho, que tiene una destacada actuación como fiscal especializado en temas como agrotóxicos y frigoríficos, subrayó que las LER son silenciosas, a diferencia de lo que puede ser un accidente con amoníaco y que, por lo tanto, suelen camuflarse.
Se trata de dolencias crónicas que se van dando con el tiempo en contraposición con la intoxicación con amoníaco que es aguda, visible.
La industria frigorífica presenta una sinergia de riesgos, físicos, químicos, biológicos, mecánicos y ergonómicos, señaló.
Entre 2012 y 2022, ocupó el tercer lugar entre más de 670 actividades económicas clasificadas en Brasil en términos de incidencia de accidentes.
Daroncho hizo hincapié en que estas cifras son basadas en registros oficiales, pero que existe un alto porcentaje de accidentes que no se notifican.
Thaís de Carvalho apuntó que son los trabajadores y trabajadoras más jóvenes los más afectados por lesiones por esfuerzo repetitivo en la industria frigorífica por ser los que aguantan ese ritmo y esfuerzo por un tiempo mayor. Esto genera un impacto social y económico muy grande.
Célio, en su ponencia, ya señalaba que ahora la mano de obra que pueden captar los frigoríficos, al menos en el sur del país, es la de trabajadores migrantes.
Los brasileños saben que cuando no se controlan las condiciones laborales de salud y seguridad, para ellos es casi una sentencia de invalidez, afirmó.
Los especialistas coinciden en que el modelo de producción de la industria, que premia por producción, y los bajos salarios base dificultan que los ritmos se reduzcan a niveles que no presenten riesgos para los obreros.
La acción debe ser colectiva, de forma que genere conciencia en los trabajadores y que las empresas sean castigadas si exigen jornadas extensas y ritmos insalubres.