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Con la fiscal Margaret Matos de Carvalho

Un brote nuevo todos los días

Margaret es procuradora-jefe del Ministerio Público del Trabajo en el estado de Paraná y viene actuando directamente en el tema de la salud y seguridad del sector frigorífico donde los contagios se expanden como reguero de pólvora.
Foto: Difusión

-¿Cómo sigue la situación de los frigoríficos en Brasil?
-En nuestro estado había una normativa bastante estricta para el control de la pandemia, pero fue revocada de la noche a la mañana sin ningún tipo de alegato ni debate con el MPT.

El argumento dado fue que el gobierno federal firmó una ordenanza interministerial para el sector. Sin embargo, esta norma es más laxa y no está siendo efectiva. A las pruebas me remito: cada día tenemos noticias de un brote nuevo de Covid-19, o mejor dicho de un descontrol del contagio nuevo en la industria frigorífica.

Nuestra lucha principal es retomar la resolución 855 que protege un poco más a los trabajadores y trabajadoras del sector.

-¿Cuáles son las medidas protectoras?
-La resolución 855/2020 de la Secretaría Estadual de Salud establecía que los trabajadores deberían estar a dos metros el uno del otro y aquellos que pertenecen al grupo de riesgo, incluidos los indígenas, deberían ser retirados de sus puestos sin pérdida de remuneración.

Negligencia criminal

-¿Cómo impacta en las comunidades ese alto índice de contagios en los frigoríficos?
-En las regiones del sur, donde se concentra la industria frigorífica, se da la particularidad que las plantas están ubicadas en general en pequeños municipios alejados de las grandes urbes y solo con los trabajadores enfermos de Covid-19 de esas empresas los sistemas municipales de salud se han visto colapsados.

Los trabajadores y trabajadoras de los frigoríficos viven en diferentes municipios y son transportados a diario, lo que aumenta el riesgo del contagio y también el área.

-¿Los trabajadores de frigoríficos cuentan con un plan médico de las empresas o todos dependen de salud pública?
-No cuentan con planes médicos privados de ningún tipo. Al menos en esta región, todos dependen del Sistema Único de Salud (SUS), que es público y fue regionalizado para los efectos de la pandemia.

Un hospital de cada región opera como un polo para recibir a los pacientes con Covid-19 de varios municipios aledaños al mayor.

Eso hace que los CTI de esos hospitales se desborden muy rápidamente pues los lugares disponibles no exceden los 10, un número ínfimo, más teniendo en cuenta que a veces solo una planta frigorífica emplea 4.000 personas, casi una ciudad prácticamente.

-Algo que podría evitarse con medidas de prevención…
-La negligencia e irresponsabilidad de las empresas, que no cumplieron con los protocolos sanitarios para evitar el brote de Covid-19, fue criminal. Tampoco se hacen cargo de los gastos hospitalarios de los enfermos que requieren internación. Todo corre por cuenta del SUS.

Lo que sucede es que las empresas no están fiscalizando ni controlando las condiciones diarias de salud de sus empleados y muchas veces hay personas con síntomas en las líneas de producción.

Acá en Paraná la situación se da de esta forma en todas las empresas frigoríficas.