Brasil | SINDICATOS | FRIGORÍFICOS
Con Daniel Correa
Testimonio de la migración interna
Ex trabajador del frigorífico Swift de Santana do Livramento, en la frontera con Uruguay, Daniel migró a São Sebastião do Caí en 1996, luego que la empresa cerrara y miles de puestos de trabajo se perdieran. Actualmente es presidente del Sindicato de la Alimentación de esta ciudad, ubicada a unos 70 kilómetros de la capital del estado, Porto Alegre. Conversando con La Rel habla de la situación general en la región y de los frigoríficos en particular. “Tenemos que atraer a más jóvenes”, dice.
Gerardo Iglesias
22 | 07 | 2022
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Daniel Correa | Foto: Gerardo Iglesias
-¿Desde cuándo estás al frente del sindicato?
-Desde que llegué a São Sebastião do Caí a trabajar en la Oderich me afilié al sindicato. Pero recién en 2017 me postulé para la directiva y ahora estoy en mi segundo mandato.
-De tu época como trabajador frigorífico, ¿recuerdas si las condiciones laborales en esa industria eran tan penosas como lo son hoy en día?
-No eran así. Yo entré a trabajar en el frigorífico Swift con 14 años y nunca sufrimos con los ritmos de producción, como en la actualidad donde el trabajo es penoso. También es cierto que JBS todavía no había adquirido Swift.
-¿Por qué elegiste esta ciudad para radicarte?
-Cuando me quedé sin trabajo tenía 35 años. El único empleo que podía conseguir era en los freeshops del lado uruguayo de la frontera, en Rivera, pero como no conocía a nadie en esa ciudad no podía demostrar mi residencia en Uruguay, eso frustró mis posibilidades en ese sector.
Uno de mis cuñados vivía acá en São Sebastião y entonces me consiguió un puesto en la Oderich, y acá estoy desde hace ya 27 años.
-¿Sientes nostalgia de tu ciudad natal?
-Ya no tengo más familiares en Livramento pero siempre uno siente nostalgia de la tierra de uno. La última vez que estuve me impactó ver que el barrio industrial donde vivía está muy venido a menos.
Fue duro ver que la ciudad donde crecí perdió tanto con el cierre del frigorífico y otras industrias. Es un fenómeno que se dio en todo Brasil con la fusión de los grandes conglomerados industriales, que no miden el costo social de cerrar plantas en localidades donde son la principal fuente de empleo.
El cierre del frigorífico Swift en Livramento provocó un estado de “calamidad pública”.
-Hace mucho tiempo que estás vinculado al sindicalismo en la región. ¿Cómo evalúas el trabajo de la FTIA-RS en estos últimos años?
-Desde que Paulo (Madeira) decidió asumir la conducción de la Federación nosotros lo apoyamos, porque ya hacía un tiempo que lo veíamos pelear codo a codo con los sindicatos del estado.
Paulo tiene una capacidad de trabajo difícil de superar. A veces pasa semanas fuera de su casa para apoyar a los sindicatos y a los compañeros y compañeras en la lucha cotidiana por mejores condiciones laborales. Son raros los conflictos donde él no está presente y es protagonista en la búsqueda de soluciones.
Esperamos que este año, que es clave para Brasil para cambiar un gobierno que ha provocado un enorme retroceso en los derechos laborales, podamos avanzar con nuestro trabajo, sumar a más jóvenes a la militancia sindical y comenzar a renovar cuadros, algo fundamental para nosotros. Sin jóvenes no tenemos futuro.