-¿Qué motivó la protesta del jueves que terminó en una represión policial?
-Acá no estamos cuestionando que se siga trabajando, porque la industria de la alimentación es esencial para el mantenimiento de toda la sociedad. En lo que estamos en desacuerdo es en la forma como se comporta JBS ante la emergencia sanitaria mundial.
Estamos pidiendo que JBS tome algunas de las medidas dispuestas por la Organización Mundial de la Salud y por el propio Ministerio de Salud de Brasil ante el inminente contagio en las líneas de producción debido a la gran aglomeración de personas sin ningún tipo de protección.
La industria frigorífica tiene características diferentes al resto de la alimentación, entre otras cosas porque se trabaja a bajas temperaturas, en ambientes cerrados donde alrededor de 500 personas comparten oxígeno artificial y no mantienen más distancia que 75 u 85 centímetros entre ellas.
-¿Qué es lo que debe hacer la empresa y que exige el sindicato?
-Que se tomen medidas inmediatas para que no se dé la aglomeración de personas, una de las principales causas de la trasmisión del coronavirus.
En estos frigoríficos hay aglomeración para marcar tarjeta; en el comedor; en los vestuarios, en la línea de producción, por eso lo que pedimos es que se reduzca la jornada, y de esa forma se reduzca el personal en las líneas para que se dé esa distancia necesaria que evite el contagio.
Que los trabajadores y trabajadoras puedan circular con la distancia estipulada.
-¿Qué pasa con la sanidad del producto?
-La vigilancia sanitaria y las medidas para las aves faenadas en estos frigoríficos son cumplidas al pie de la letra, de forma rigurosa. Sin embargo, para las personas no se cumplen.
-¿Ya se han dado casos de infestados por el virus?
-Están sacando entre 10 y 15 trabajadores por día con sospecha de estar con la enfermedad, ya son más de 50 los casos entre Forquilhinha y Nova Veneza que fueron mandados a cuarentena y está alejados inclusive de sus familias.
La preocupación es enorme, y los compañeros y compañeras que siguen trabajando están bajo un estrés terrible porque si uno de esos casos da positivo, el panorama será trágico.
El riesgo de contaminación en este sector es altísimo y a JBS parece que no le importara, parece que la vida de las personas no valiera nada.
Una semana después de las manifestaciones que mandó reprimir violentamente (http://www.rel-uita.org/brasil/todo-sea-por-el-lucro/), JBS sigue sin respetar los protocolos sanitarios de seguridad en sus frigoríficos.
La transnacional cárnica va en la línea de la mayoría de los grandes empresarios nacionales que de forma draconiana se ajustan al pensamiento del presidente Jair Bolsonaro, para quien “el coronavirus es apenas una pequeña gripe”.