Brasil | SOCIEDAD | EDITORIAL

Responsabilidad del gobierno

No hay tema más importante
que el hambre

Brasil ha alcanzado la increíble marca de 33 millones de personas hambrientas. La cifra se ha duplicado en menos de dos años y es responsabilidad exclusiva del gobierno de Jair Bolsonaro.

Artur Bueno Junior

15 | 06 | 2022


Imagen: Carton Club

Es el gobierno el que dispone de una serie de herramientas que pueden y deben servir para frenar la inflación, garantizar el abastecimiento interno, contener la subida de los combustibles, subsidiar el precio de los productos, comprar a los pequeños productores, dinamizar la economía y, sobre todo, promover el bienestar social, especialmente en lo que respecta a la alimentación.

La seguridad alimentaria fue una preocupación de los gobiernos del PSDB y del PT, que llegaron a invertir alrededor de 500 mil millones de reales (98 mil millones de dólares) al año en acciones para adquirir alimentos de la agricultura familiar y en el abastecimiento y entrega de productos a la población, de diversas formas.

El gobierno de Bolsonaro creó un nuevo nombre para englobar las acciones de seguridad alimentaria, “Alimenta Brasil”, que el año pasado invirtió solo 59 millones de reales (11 millones de dólares) en acciones. Este año, hasta mayo, solo se gastaron 89 mil reales (17.390 dólares) en el programa. Y no se sabe en qué se está invirtiendo ese dinero, ya que los montos forman parte del llamado presupuesto secreto, sobre el cual no hay transparencia.

Y el hambre va en aumento

Según la Red Brasileña de Investigación sobre Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional, más de la mitad de la población (58,71 por ciento) vive con algún grado de inseguridad alimentaria.

Mientras tanto, el gobierno y los bancos financian al agronegocio en préstamos y exenciones de impuestos, con la mayor parte de la producción destinada a la exportación, sin garantías para el suministro interno. Según datos del Banco Central, entre 2019 y 2020 solo la industria de la soja recibió 62 mil millones de reales (12 mil millones de dólares) en créditos, dinero que acabaría con el hambre en el país.

Después de 25 años de programas sociales y fuertes inversiones, Brasil salió del Mapa del Hambre de la ONU en 2014, pero regresó en 2018, cuando una investigación mostró que el número de desempleados y de familias sin alimentos suficientes había aumentado significativamente. Con la pandemia, la situación empeoró.

Nada que esperar

¿Y qué hace el presidente en lugar de discutir políticas públicas y acciones de contención para evitar el caos? Organiza paseos en moto, trata de desprestigiar a las instituciones y al proceso electoral, apoya el armamento de la población y la difusión de fake news…

Es necesaria una coalición nacional para mitigar el problema del hambre en el país. No se puede esperar nada de este gobierno. También es necesario exigir que esta pauta esté en la agenda de gobierno de los candidatos para las elecciones de este año –y para todos los cargos–.

¡Es inaceptable que un país con la capacidad de producción de Brasil tenga una población tres veces mayor que la de Portugal sin nada para comer!