
Especialistas, académicos y técnicos en ambiente, seguridad y condiciones de trabajo, hicieron mención del impacto negativo de una reforma laboral que prometió más empleo e inversiones. Huelga decir que la dinámica económica y social imperante va en sentido contrario.
La mayor flexibilización laboral está provocando un notorio avance de la precarización y vienen por más.
En mayo, el gobierno anunció su intención de reducir un 90 por ciento las normas de seguridad en el trabajo.
Si estas medidas prosperan, ¿qué pasará en Brasil, que ya ocupa el cuarto lugar en el mundo en accidentes de trabajo? Vale recordar que entre 2012 a 2018 se registraron 4,2 millones de accidentes de trabajo que provocaron unas 16 mil muertes.
En foco de tiro del gobierno están las Normas Reguladoras de Seguridad y Salud en el Trabajo, y entre ellas la NR36, dirigida al sector de faena y procesamiento de carnes.
En Brasil la incertidumbre política se intensifica a diario y el estado de frustración es creciente pero continúa encapsulado, sin manifestarse masiva y públicamente.
En este país donde según su presidente las personas encontrarán empleo pero no tendrán derechos, donde la pérdida de conquistas y el vaciamiento de políticas públicas va de la mano de la imposición de severas restricciones a la libertad sindical y a la negociación colectiva, las dos confederaciones de organizaciones de la industria alimenticia, la Cnta y la Contac, parecen haber entendido que es hora de unificar criterios y reformular estrategias.
De parte de la Rel UITA tenemos claro que debemos relanzar la campaña internacional por la dignificación del trabajo en los frigoríficos brasileños al tiempo que denunciamos la criminal deforestación y la quema de amplias zonas de la Amazonia con el propósito de obtener más espacios para la ganadería extensiva.
Para esta labor la articulación de fuerzas entre nuestras dos afiliadas, el mundo académico y el Ministerio Público de Trabajo, es tan necesaria como urgente.