XVI Conferencia Regional Latinoamericana de la UITA
Con Cristian Sepúlveda
De 47 años, con 18 en la empresa Soprole, el secretario de la federación que agrupa a los trabajadores de esa empresa y otras del sector lácteo de Chile, destaca en esta entrevista las dificultades enormes que enfrenta el movimiento sindical para ganar espacios en una sociedad que está marchando nuevamente hacia la derecha.
Daniel Gatti
19 | 05 | 2023
Cristian Sepúlveda | Foto: Nelson Godoy
Sepúlveda, también encargado político de la Federación Nacional de Trabajadores Lácteos (Fenatral), conversó con La Rel en el marco de la XVI conferencia regional, que se desarrolló en Sao Paulo entre el 8 y el 10 de mayo.
“Lo que más destacaría de esta conferencia –dijo– es el panorama que pudimos obtener de la realidad sindical en América Latina. Los distintos sindicatos realizaron una suerte de cuenta pública, contando sus dolores, sus problemas, sus desafíos”.
En lo que tiene que ver con la evolución del mundo del trabajo –cambios a nivel de la organización de las empresas, introducción de nuevas tecnologías, automatización de procesos de producción–, uno de los temas dominantes del encuentro, “se vio cómo eso difiere en cada país, incluso en cada sector de actividad o en cada empresa, dependiendo de las formas de relacionamiento entre sindicatos y patronales”.
“Son temas sobre los que el movimiento sindical tiene que avanzar en la reflexión porque nos va la vida en ello. Tenemos poco tiempo para eso”.
En Chile “estamos en una fase donde las cosas se están dando de manera muy abrupta. En el sector lácteo están desembarcando transnacionales que se están haciendo cargo de empresas locales más pequeñas y están imponiendo sus condiciones”, subrayó Sepúlveda.
A menudo, esos empresarios, conscientes de que están violando normas laborales nacionales, “prefieren pagar multas administrativas antes que aceptar las leyes chilenas”.
El gobierno de Gabriel Boric, instalado hace algo más de un año, “está impulsando muchas medidas en favor de los trabajadores, pero las transnacionales son muy poderosas. Es difícil”.
En los dos gobiernos anteriores, del derechista Sebastíán Piñera, el Ministerio de Trabajo prácticamente había desaparecido. “Ahora ha vuelto a tener cierto protagonismo”.
“Nosotros estamos participando en muchas de las iniciativas lanzadas por el gobierno en materia laboral”.
Pero hay una derechización de la sociedad, dice Sepúlveda, como lo evidenciaron las elecciones a la convención constituyente del domingo 7.
“Para los trabajadores va a ser muy difícil cuando se elabore la nueva Constitución con estos constituyentes, conquistas que costaron mucho están en peligro. En el mejor de los casos vamos a continuar tal como estamos”.
“La gente está muy empecinada en trabajar, llegar a cierto estatus, y no quiere demasiados cambios. Todo el mundo se está endeudando, hasta se paga la comida en cuotas.
Los chilenos no tienen poder adquisitivo, tienen poder de endeudamiento, y el sistema favorece eso”.
Sale más barato, cuenta el sindicalista, pagar un auto en cuotas, por ejemplo, que en efectivo, pero “luego vienen los intereses y el resultado es tremendo”.
Es un “juego perverso que está llevando a la gente a la ruina. Se nos ha metido eso en la cabeza desde hace mucho tiempo y no se ve que haya perspectivas de cambio”.
Antes de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), había en Chile negociaciones salariales por rama. Bajo la dictadura se instituyeron las negociaciones por empresa, los gobiernos de la Concertación lo mantuvieron y por supuesto los de Piñera también.
“Ahora hay más cercanía con los sindicatos, y algunos hechos concretos de las nuevas autoridades –hay varios ex sindicalistas en el gobierno– van en el sentido que proponemos los trabajadores”, pero la correlación de fuerzas es negativa, asevera el dirigente.