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Con Adenilson de Souza Dias
Las pandemias de los frigoríficos
Adenilson es presidente del Sindicato de la Industria de la Alimentación de Carazinho/Sarandí, región donde la pecuaria y el cultivo de trigo son dominantes. Dado para el diálogo, máxime cuando participa de una rueda de «chimarrão», la conversación fluye animada en la sala del sindicato que entrada la tarde se muestra despejada.
Gerardo Iglesias
25 | 07 | 2022
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Adenilson de Souza Dias | Foto: Gerardo Iglesias
-Hablaste sobre el trabajo de las mujeres en los frigoríficos y nos comentabas que lo máximo que soportan es cinco años. ¿Por qué sucede eso?
-Registramos alrededor de 55 por ciento de mujeres en las líneas de producción de los frigoríficos. Son casi nueve horas de jornada laboral intensa y luego a hacer las tareas de la casa, cuidar de los chicos, etcétera. Es mucha presión y desgaste físico.
El ritmo acelerado de trabajo, sumado al resto de las condiciones propias del sector (frío, humedad), más los movimientos repetitivos hacen que la mayoría sufra de tendinitis y otras dolencias osteomusculares.
Yo trabajé 23 años en un frigorífico y sé por experiencia directa lo que sufren las compañeras y no es de ahora.
-¿El ritmo era igual de intenso en tus inicios?
-Siempre fue duro, pero en los últimos años se ha acrecentado y la pandemia fue un factor coadyuvante.
Las empresas frigoríficas que vieron reducida la plantilla por las medidas sanitarias o por el cúmulo de personas que contrajeron Covid, se dieron cuenta que aun con menos trabajadores en las líneas lograban producir los mismos volúmenes.
Y claro está, tomaron nota que se podía producir igual con menos trabajadores y trabajadoras y presionaron al máximo. De nada les importó que en ese proceso su salud se viera perjudicada dado el ritmo extenuante.
Tenemos compañeras que luego de trabajar cinco o seis años en el frigorífico, no pueden peinarse, no logran levantar los brazos hasta cierta altura debido a las lesiones, algunas todo se les cae de las manos, siempre están con dolor.
-¿Estas trabajadoras buscan al sindicato para denunciar su situación?
-Cada vez más. Vienen casi todos los días, mayoritariamente del frigorífico Aurora, y tanto esta como otras grandes empresas del sector además no admiten que los cuadros de tendinitis, LER o artritis fueron causadas por el trabajo.
Tienen su propio médico en planta y cuando un trabajador o trabajadora presenta un certificado externo de 10 días de licencia médica, el doctor de la empresa lo reduce a dos. Así funciona.
Entonces los casos se agravan porque los trabajadores no pueden realizar un tratamiento adecuado, y vuelven lesionados a las líneas de producción a realizar el mismo trabajo con movimientos repetitivos durante largas horas.
-¿Se respeta la NR36 dentro de Aurora?
-En algunos aspectos sí porque el sindicato está al pie fiscalizando, pero está muy complicado porque la patronal lo único que busca es incrementar sus lucros.
y mínimas proteínas
-Recientemente el gobierno de Jair Bolsonaro intentó flexibilizar la NR36, quitarle lo más importante, que son las pausas psicofisiológicas…
-A este gobierno no le importa nada de lo que le pase a los trabajadores y las trabajadoras, es un gobierno que busca el beneficio exclusivo de los patrones. La Norma Reguladora 36 es la herramienta que tenemos los obreros para impedir el abuso y la explotación dentro de esta industria.
Hace unos días recibimos la denuncia de que en un frigorífico de pequeño porte, los trabajadores y las trabajadoras eran obligados a no parar desde que entraban a las 7 de la mañana hasta la hora del almuerzo, no podían siquiera ir al baño.
Si no tuviéramos el amparo que nos da la NR36 casi con seguridad este tipo de situaciones continuaría, a pesar de las denuncias. Ahora logramos ir con el sindicato y fiscalizar y llamar al orden a la empresa, porque estamos respaldados por la ley.
Las pausas previstas en la NR36 son necesarias para la recuperación psicofisiológica de los trabajadores y las trabajadoras; reducen el riesgo de accidentes y de contraer enfermedades derivadas de los esfuerzos repetitivos, del trabajo frenético.
-Por otro lado, las ganancias del agronegocio no se reflejan en los salarios…
-No. De hecho, hoy en día los que hacen posible que esta industria prospere y obtenga jugosas ganancias, que son los trabajadores y las trabajadoras, no pueden llevar carne para el consumo de sus familias porque sus salarios son bajos y el precio de los productos cada vez más alto. Así están las cosas por aquí.