La principal preocupación de los dirigentes sindicales reside en la incertidumbre que se instaló en la fábrica luego que la francesa Lactalis acordara la compra de DPA Brasil, basada en Araras, en 131 millones de dólares a fines de 2022.

La operación, aunque está sujeta a las aprobaciones regulatorias de las autoridades de competencia, ya es casi un hecho y se espera que se complete a mediados de 2023.

Los representantes de los trabajadores y las trabajadoras del holding exigen de la gerencia actual y de la de Lactalis transparencia en el proceso de compra y la garantía escrita de que se mantendrán los puestos de trabajo y los beneficios alcanzados por convenio con DPA.

La demanda se da principalmente porque la transnacional francesa tiene un largo historial de irrespeto a los derechos laborales y sindicales no solo en Brasil sino en el resto de los países donde opera.