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Con Nelson Wild

La informalidad, el gran monstruo brasileño

Las mujeres rurales del estado más al sur de Brasil vienen generando espacios de trabajo y fortaleciendo su presencia en las organizaciones sindicales, como lo demostró el Segundo Seminario Estadual sobre la Importancia de las Mujeres en los Sindicatos, realizado el 4 y 5 de junio en Santana do Livramento. Allí, La Rel conversó con el presidente de la Federación de Trabajadores y Asalariados Rurales de Rio Grande do Sul (FETAR-RS), y la charla abordó ese y otros temas, fundamentalmente el de la precarización de las condiciones de trabajo.

-¿Cuál es la situación de la federación con relación a las mujeres sindicalistas?
-A pesar de que somos una organización relativamente joven, tenemos un objetivo muy claro.

Creemos firmemente en la importancia de las mujeres a la interna de los sindicatos y nos encaminamos hacia la paridad dentro de la FETAR. Sin las mujeres el movimiento sindical pierde el 50 por ciento de su fuerza y su lucha.

Nos enfocamos también en la defensa acérrima de los derechos de asalariados y asalariadas rurales.

Nucleamos a 190.000 trabajadores y trabajadoras del campo y a pesar de todas las adversidades que sufrimos con estos últimos gobiernos vamos logrando mantener una administración seria y prolija, lo que nos permite resistir los ataques directos al movimiento sindical.

Estamos dando batalla junto con la CONTAR a nivel nacional, con más de cuatro millones de asalariados y asalariadas rurales.

Nuestras banderas de lucha son salario digno, ambiente laboral saludable, la defensa del sector y la generación de políticas públicas para combatir la informalidad, que es el gran monstruo que ronda el campo brasileño.

El “desmonte” de la legislación laboral ha incrementado la informalidad de forma preocupante.

Muchos empleadores se están valiendo de la desinformación sobre la previsión social y del temor de los trabajadores a no conseguir empleo para no realizar los aportes correspondientes a la Seguridad Social.

Una clandestinidad creciente

-¿Cuántos trabajadores rurales estiman que están en esa situación en Rio Grande do Sul?
-Un 54 por ciento del total. Están en un estado de clandestinidad terrible, de completa indefensión, porque cuando necesiten de la previsión social en caso de accidente o enfermedad, o de embarazo no tendrán derecho a nada.

Y nos encaminamos hacia un escenario cada vez peor porque desde el gobierno se busca desestimular los aportes a la previsión social pública y se alienta a trabajadores y trabajadoras a migrar hacia un sistema privado de jubilación.

La FETAR tiene convenciones colectivas con las patronales del sector que garantizan los aportes y salarios por categoría que hacen que los ingresos de los rurales sean mayores al mínimo nacional.

Trabajar, accidentarse o enfermar

-¿Se detectan muchos problemas de salud y seguridad en las labores?
-Somos empleados de una fábrica a cielo abierto, sujetos a las inclemencias y vaivenes del tiempo.

Esto, sumado al uso creciente e indiscriminado de agrotóxicos en los cultivos y productos químicos en la pecuaria, hace que tengamos que estar muy atentos a las condiciones laborales.

Además, en Rio Grande do Sul tenemos un índice altísimo de accidentes de trabajo debido a la falta de equipamiento de protección o de capacitación para el uso de maquinarias agrícolas.

Ya hemos avanzado en alianzas con otras organizaciones, como el Ministerio Público y la Secretaría de Educación y de Salud, para hacer una campaña de prevención de los accidentes laborales. También anexamos a las convenciones colectivas todas estas cuestiones.


En Santana do Livramento, Gerardo Iglesias