“Es un delito de lesa humanidad” lo que está cometiendo Bolsonaro en el llamado pulmón verde del mundo, consideró la ONG AllRise (Todos se levantan, en español).
De ahí el título de la demanda: “El planeta contra Bolsonaro”.
Al arrasar con la gigantesca selva, a razón de unos 4.000 km2 por año, el presidente de Brasil está acelerando el calentamiento del planeta, lo que tiene consecuencias en todos los rincones del mundo, señaló la asociación, respaldada por expertos en derecho internacional e integrantes del Panel de Cambio Climático de la ONU que presentaron un demoledor informe sobre el tema en agosto pasado.
Según los datos presentados, esas prácticas, que se traducen en la entrega de la selva a las transnacionales extractivistas para que realicen sus negocios, llevarán a que a fines del siglo se produzcan 180.000 muertes adicionales como consecuencia del aumento de las temperaturas.
Desde que el ex soldado del Ejército llegó al gobierno, en enero de 2019, la tasa de deforestación en la Amazonia ha tenido aumentos mensuales de hasta 88 por ciento.
El presidente ha además desmontado con prolija aplicación los organismos de control y la legislación ambiental trabajosamente montados en su país.
Esta es la sexta denuncia internacional presentada contra Bolsonaro por estas y otras problemáticas, entre ellas su inacción criminal ante la expansión de la pandemia de coronavirus, que en Brasil ya ha superado largamente las 600.000 muertes.
La coalición de organizaciones que en julio de 2020 patrocinó esa última demanda en representación de alrededor de un millón de médicos brasileños, acusaron al presidente de haber llevado a cabo a sabiendas políticas que condujeron a un desastre sanitario y social gigantesco.
Antes, Bolsonaro había sido denunciado ante la Corte de La haya por “actos que conducen al genocidio de las comunidades indígenas”, instaladas en gran parte en los estados amazónicos de Brasil.