El 8 de Marzo, para cualquier mujer y en cualquier escenario es un espacio de lucha y resistencia. No es un día para recibir flores o chocolates, es un día para crecer en conceptos, contenidos y en la lucha.
Si hoy estamos conmemorando este día es porque hubo mujeres valientes y guerreras que dieron sus vidas en pos de reivindicar los derechos de todas nosotras.
Como sindicalista, considero que este es un día para visibilizar la lucha por la conquista de espacios y derechos en el mundo entero.
El colectivo LGBTI se refleja en la lucha de las mujeres y camina lado a lado de los movimientos feministas porque ellos son un referente de la lucha de las minorías oprimidas.
Actualmente en Brasil vivimos un enorme retroceso en cuanto a derechos laborales y las mujeres seremos las principales víctimas de este atropello. Por lo tanto, hoy más que nunca tenemos que resistir.
En este día quiero recordar en particular a varias de nuestras hermanas.
A María da Penha, que a pesar de haber sido agredida y estar en una silla de ruedas a causa de las lesiones que le provocó el que fuera su esposo, siguió su lucha. Hoy Brasil tiene una ley que lleva su nombre para tratar los casos de violencia doméstica.
A la hondureña Berta Cáceres, que luchó en defensa de los bienes comunes, del ambiente y fue asesinada vilmente. Su semilla hoy germina no solo en América Latina, también en el mundo entero.
A Dilma Rousseff, que fue destituida de la presidencia entre otras cosas por el hecho de ser mujer en un país altamente machista.
¡No bajemos los brazos! Continuemos nuestra lucha en unidad: de ideas, pero también de acción y de reacción.
Mujeres negras, blancas, gordas, flacas, altas, bajas, LGBTI, trans, solo unidas en un mismo frente podremos edificar un mundo más justo e igualitario.