La Rel conversó con Marcos Araújo, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación de Campinas (SITAC) que representa a los obreros de la unidad de Jaguariúna.

“La fecha de negociación con Bimbo es setiembre, así que comenzamos las reuniones en ese mes, pero no logramos avanzar. La empresa estaba inamovible de su propuesta inicial que no era lo esperado por los trabajadores y fue rechazada”, explicó.

QSR Bimbo es subsidiaria de la transnacional mexicana y produce para otras grandes empresas como Seara, Sadia y Pullman. Recientemente adquirió a su competidora, la empresa WICKBOLD, que cuenta con cuatro fábricas en el país y en 2021 compró los activos de la suiza Aryzta, que provee en el mercado local a las grandes cadenas de fast food, como McDonald’s, Burger King y Subway.

“El principal punto de desacuerdo, más allá del incremento salarial, está en que el año pasado la empresa, de forma unilateral, cambió el bono navideño que era de unos 320 reales (US$ 55,oo), por un kit navideño cuyo valor es sensiblemente inferior”, dijo Araújo.

“Lo que exigen ahora los trabajadores y trabajadoras es que se retome ese beneficio”.

Nuestra afiliada detectó también una serie de irregularidades, como por ejemplo que la empresa no estaba teniendo en cuenta la legislación laboral referente a los trabajadores con contrato a término.

“Acá en Brasil si un obrero es contratado por un plazo determinado, tiene los mismos derechos que los trabajadores efectivos, exceptuando la indemnización por despido o el seguro, pero Bimbo no estaba pagando el mismo salario ni estaba otorgando los mismos beneficios a este grupo de trabajadores”, denunció.

Por otra parte, la compañía tampoco pagaba al personal de mantenimiento, como mecánicos y electricistas, las primas por insalubridad o peligrosidad. Todo eso fue generando malestar en la plantilla.

“El Sindicato hizo lo posible para negociar con la empresa, cuya última propuesta fue un reajuste de 4,5 por ciento, ampliamente rechazada por los trabajadores. Ante esto se advirtió que, si no había una mejora, iríamos a la huelga”, detalló el dirigente.

Foto: SITAC

Como respuesta, Bimbo comenzó a desprestigiar a la organización sindical y a negar lo decidido en asamblea por los trabajadores y trabajadoras.

“El miércoles los obreros decidieron paralizar actividades hasta que la empresa revea su postura y nosotros los acompañamos, pero no hicimos nada más que eso, ni piquete, ni cerramos portones, nada”.

Sin embargo, Bimbo denunció como ilegal la huelga, “valiéndose de la figura jurídica de interdicto prohibitorio que le fue negado en tres instancias”, destacó Araújo.

El Tribunal Regional de Trabajo, la última instancia judicial que declaró como legítima la huelga, fijó una audiencia para el próximo 12 de noviembre.

“Hasta entonces las actividades seguirán paralizadas, no se producirá nada. No estamos bloqueando la salida de productos, pero llegará el momento en que el stock se termine. Calculamos que en unos tres o cinco días porque esta unidad es la que provee a todo el país”.

Araújo informó que hasta el momento la gerencia de Bimbo no se ha comunicado con el Sindicato, pero hostiga y amenaza a los huelguistas.

“Para que tengan una idea del accionar inescrupuloso de la compañía mexicana, la última propuesta de aumento de la cesta básica fue de 3 reales, unos 50 centavos de dólar, un menosprecio total”.

Además ─relató el dirigente─ se dio una situación con una compañera que estaba con su período y solicitó entrar al baño para poder higienizarse.

El propio vicepresidente de Bimbo Brasil, Mario Escotero, dijo que si ella había optado por hacer huelga que esperara por el baño químico que el Sindicato iría a traer.

“Esta actitud de una compañía gigantesca como Bimbo es realmente lamentable. Por supuesto que el Sindicato auxilió a la trabajadora y luego proveyó dos baños químicos para el uso de los huelguistas, además de acercar alimentos y bebidas para los que están en plantón frente a la empresa”.

Araújo remarcó la importancia de la denuncia internacional a una empresa que vende una imagen que está muy lejos de ser real.

Foto: SITAC