-¿Cómo evalúas la implementación de la NR36?
-La considero un avance muy importante para los trabajadores y trabajadoras del sector frigoríficos. En estos años que lleva de implementación, lo más destacable es lo relacionado a las pausas.
Este punto generó una notoria mejoría en las condiciones laborales del sector.
Antes de la NR36 muy pocas empresas respetaban el descanso de sus empleados, por lo que esta norma vino a obligar, mediante una reglamentación, a que se respeten las pausas necesarias, sobre todo cuando se trabaja a ritmos acelerados y en ambientes fríos.
Algunos empleadores respetaban la pausa para los ambientes fríos pero no la pausa psicofisiológica, tan necesaria para que los trabajadores se recuperen del ritmo frenético de los frigoríficos, que prácticamente tiene la exigencia de una máquina.
En ese aspecto la pausa es la parte más positiva y la que más es cumplida y respetada en muchos frigoríficos.
-Pero fue necesaria mucha fiscalización para que se diera ese escenario.
-Sí, sin dudas. En lugares más distantes y donde no llegan los fiscales todavía no se cumple.
Pero luego de un primer año de adaptación y con auditorías en conjunto con el Ministerio Público de Trabajo y los sindicatos logramos que la NR36 tenga un amplio margen de acatamiento en los frigoríficos y un gran impacto para el sector.
La participación de los sindicatos fue y es fundamental para que nosotros, los auditores fiscales, podamos ejercer nuestra tarea. Actualmente es casi un premio que una empresa reciba una inspección. Para que se hagan una idea, somos apenas 2.400 auditores para un país de las dimensiones de Brasil.
Por eso es tan importante el trabajo conjunto con las organizaciones sindicales que representan a los trabajadores y trabajadores del sector.
-Con toda esta pérdida de derechos y la eliminación del Ministerio de Trabajo, ¿crees que puede estar en riesgo la aplicación de la NR36?
-Actualmente hay una nube negra sobre las intenciones que tiene este gobierno.
Salvo en lo referente a las reformas administrativas con relación al Ministerio de Trabajo y su eliminación o desmembramiento no hay claridad sobre qué pretende en cuanto a salud y seguridad en el trabajo.
Hace unos días se reunió la Comisión Tripartita Permanente, que reúne a representantes del antiguo Ministerio de Trabajo, los empleadores y los trabajadores, y el gobierno puntualizó que quiere revisar la NR1 y la NR2, ambas sin impacto sobre la NR36.
Así que no tenemos mucha base de dónde agarrarnos.
Yo creo que el gobierno no invertirá en la revocación de las normas reguladoras, pero como está esa nube de humo, la postura deberá ser de cautela y de aguardar.
-¿Qué impacto tendrá la reforma laboral vigente desde 2017 en las condiciones de salud y seguridad de los trabajadores y trabajadoras?
-Será muy fuerte, porque flexibiliza al máximo las condiciones laborales y suma, a la precariedad ya existente, el trabajo intermitente y la tercerización irrestricta, dos formas de contratación que impactan directamente en la salud y seguridad de los obreros.
La tercerización es uno de los factores relevantes en el resultado de accidentes laborales graves o fatales y al tornarse ilimitada, sin dudas tendrá consecuencias en el incremento de esos accidentes.
La tendencia es al empeoramiento.
-¿Cómo se ataca esto?
-La única forma es un trabajo conjunto, articulado con los sindicatos y con el MPT para exigir que se incremente la fiscalización.
Sé que suena a contradicción en el escenario actual, pero la reforma, al extender la tercerización a todos los sectores de la producción también dispuso que el contratante es subsidiariamente responsable de las condiciones de salud y seguridad de los contratados.
Esto nos da un ancla legal para exigir, por ejemplo, que se respete lo dispuesto por las NR.