Con Luis Pereira
El trabajo en frigoríficos
El presidente del Sindicato de Ponta Rossa y Región (STIMLACA) conversó con La Rel sobre la pretensión del gobierno brasileño de modificar la NR36, que regula las condiciones laborales en la industria frigorífica.
Amalia Antúnez
26 | 03 | 2021
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Foto: Rel UITA
“Cualquier tipo de alteración en la Norma Reguladora 36 (NR36) significará volver a los tiempos sombríos en que la mayoría de los trabajadores y las trabajadoras de los frigoríficos andaban con las manos vendadas y se aplicaban pomada anestésica para caballos en hombros y brazos para poder aguantar el ritmo”, dijo Pereira a La Rel.
El dirigente, que además es trabajador de un frigorífico, recuerda que varias de sus compañeras que se desempeñaban en el sector de deshuese, en donde se realiza la tarea de refile (quitar la grasa y los coágulos de sangre de los pollos) terminaron jubiladas por invalidez.
“Antes de la NR36 el ritmo en las líneas de producción era tan intenso y las condiciones ergonómicas tan malas que estas trabajadoras permanecían con la cabeza hacia abajo, limpiando pollos prácticamente durante toda la jornada laboral. Solo cortaban para el almuerzo”, relata.
Como consecuencia de ese ritmo insostenible, hasta hace poco menos de una década los frigoríficos avícolas en Brasil se habían transformado en verdaderas fábricas de enfermos.
“Antes de que se aplicara esta norma, las lesiones por esfuerzo repetitivo (LER) invalidaron a muchas compañeras y las empresas, en su enorme mayoría, siempre pretendieron deslindarse de las responsabilidades, alegando que no se trataba de enfermedades derivadas del trabajo”.
La NR36 fue elaborada y discutida en un ámbito tripartito, entre gobierno, empresarios y trabajadores, y el proceso tardó 15 años
La lucha del movimiento obrero, liderado por las confederaciones del sector de la alimentación con el respaldo de la UITA, fue fundamental para que en 2013 esta norma se aprobara.
Ahora el gobierno de Jair Bolsonaro, en complicidad con empresarios del sector, pretende introducir modificaciones en la norma, que los trabajadores y dirigentes sindicales sospechan serán para peor.
“Las pausas y otra serie de disposiciones impuestas para adecuar ergonómicamente los ambientes laborales en los frigoríficos llevaron a una importante caída en la cifra de trabajadoras y trabajadores lesionados”, dice Pereira.
“Aunque todavía hay empresarios inescrupulosos −agrega− que intentan evadirla, hay casos de frigoríficos donde el patrón obliga a que los trabajadores usen el momento de la pausa psicofisiológica para ir al baño, algo que la NR36 específicamente rechaza”.
Pereira denuncia también que los sindicatos del sector tienen que permanecer atentos a controlar los ritmos porque hay empleadores que alteran las norias para acelerar la producción.
“Gracias a la NR36 es que las organizaciones sindicales podemos realizar estos controles y adecuar las condiciones, porque tenemos el respaldo legal. Si modifican esto, flexibilizando las medidas, el retroceso será tremendo”, advierte.