La Unión Europea suspendió hace unos meses las importaciones provenientes de diversos frigoríficos de Brasil. BRF fue el más afectado por esta medida.
“Las plantas que faenan y procesan pavo están cerrando porque ese producto se exporta casi únicamente a Europa, y con esta suspensión se perderán unos 350 puestos de trabajo”, señaló.
Siderlei aseguró que en un frigorífico de BRF en Chapecó, en el estado de Santa Catarina, 1.400 trabajadores y trabajadoras irán a una suerte de seguro desempleo.
“Estos más de mil operarios pasarán a estar regidos por lo que en Brasil se conoce como lay-off, una medida que suspende los contratos laborales durante un máximo de cinco meses. En ese período el Estado se hace cargo de sus salarios, pero a partir de ahí no sabemos si retornarán a sus labores o no”.
Según Siderlei, la crisis que sufre BRF es consecuencia de la decisión del gobierno brasileño de cerrar varias plantas de esa firma y de otras luego que la Policía Federal descubriera casos de fraude en la fiscalización sanitaria de los frigoríficos.
“La medida tomada por la UE se basa en la falta de confianza demostrada por el propio gobierno brasileño en los productos avícolas y cárnicos nacionales. Ahora, durante dos años el bloque no negociará con Brasil”, señaló el sindicalista.
La situación es muy preocupante, porque BRF es una de las principales empleadoras del sector de la alimentación en este país.
“Estamos ante el riesgo de que dé quiebra y la compañía se venda en partes”, analizó.
“Por otro lado, al no exportar su producción las grandes transnacionales volcarán sus productos al mercado local, haciendo inviable la competencia para las pequeñas empresas, que tenderán a desaparecer. En Paraná ya dieron quiebra varias avícolas chicas”, apuntó el presidente de la CONTAC.
Y concluyó: “el panorama es desalentador”.