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13er Congreso Nacional de CONTAG
Con Alberto Broch

“Un desafío nunca antes pensado”

Elegido nuevamente vicepresidente de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Agricultura (CONTAG), Alberto Broch analiza en la siguiente entrevista las características de un Congreso histórico, realizado en uno de los peores momentos de la historia de Brasil.
Foto: Gerardo Iglesias

-¿Cómo evalúas el 13er Congreso de CONTAG, que por primera vez fue virtual pero que aun así tuvo una amplia participación?
-Todas las evaluaciones que realizaron sindicatos y federaciones en las instancias posteriores al Congreso fueron muy positivas.

Pasamos por muchas dificultades y casi nos explota la cabeza pensando en la forma de organizar una actividad virtual de estas dimensiones, de buscar la tecnología adecuada para este desafío nunca antes pensado.

Pero parece que todas esas dificultades resultaron en una oportunidad pues, desde el punto de vista político, fue uno de los congresos donde hubo mayor consenso.

Nuestros Congresos se rigen bajo tres pilares: uno, primario, de evaluación de la coyuntura nacional y mundial, un segundo es la redacción de un documento con las directrices para la gestión de los siguientes cuatro años y un tercer gran pilar que son las elecciones de la directiva.

-Quien elige la dirección nacional de CONTAG es el Congreso…
-Efectivamente. En esta oportunidad presentamos una lista única que fue elegida con la aprobación del 97 por ciento de los delegados y delegadas y construimos ese consenso de manera totalmente virtual, algo que no fue para nada sencillo.

Además de acordar lo de la lista, hubo que llegar a acuerdos en términos políticos donde habitualmente existen divergencias internas. Así que, sorteadas estas dificultades, podemos afirmar que se trató de una instancia extremadamente positiva.

-¿Cuántos delegados y delegadas participaron?
-Fueron 2.755 inscriptos a los que se sumaron invitados, tanto de Brasil como de otros países, lo que llevó a que el número total de participantes llegara a los 3.000.

Entre los invitados, destaco el saludo enviado por nuestra Secretaría Regional de la UITA en la apertura, siempre tan oportuno y acertado.

El peor escenario

-Un Congreso extraordinario, en un contexto de horror generalizado como nunca se vio en Brasil…
-Sin duda alguna. Es un momento muy triste de la historia brasilera, y aunque yo viví muy poco de la última dictadura, sí puedo afirmar que desde la reapertura democrática este es nuestro peor momento como país.

La pandemia costó hasta ahora más de 355.000 vidas y cerca de 12 millones de personas infectadas de Covid-19, mientras que el sistema de salud, tanto público como privado, está completamente colapsado.

Los pacientes fallecen en los corredores de los hospitales mientras esperan ser atendidos, ya no hay hospitales con capacidad para atender a tanta gente y tampoco condiciones de construir más centros de salud porque no hay recursos humanos o de equipamiento ni insumos.

Nuestro Congreso rindió homenaje a las víctimas de la pandemia y a sus familias, pero sobre todo a los profesionales que están en la primera línea intentando salvar vidas.

Colapso sanitario, social y económico

Esta es una situación de colapso total provocada entre otras cosas por el propio gobierno, dirigido por un presidente negacionista del virus, que siempre minimizó sus efectos y calificó al Covid-19 como una “gripecita”.

Jair Bolsonaro no ha dejado siquiera a sus ministros de Salud cumplir con sus funciones, recomendando incluso a la población consumir medicamentos no aprobados por la ciencia, como la cloroquina.

Estamos no solo en una crisis sanitaria sino también en una crisis política y económica agravada por la pandemia, que ha dejado, además de decenas de miles de muertos, millones de desocupados.

Ese es el contexto en el que realizamos este Congreso.