La Organización Mundial de la Salud y los científicos más reconocidos son claros: la mejor manera de contener el virus es el aislamiento social para evitar se expanda a una velocidad más rápida que la ya registrada.
Esta receta está siendo seguida en todo el mundo. Los gobiernos han estado reforzando las barreras sanitarias, las medidas de prevención, guiando a las personas a permanecer en sus hogares y, en algunos casos, prohibiendo la circulación de personas.
Pero el presidente de Brasil, uno de los mayores “genios” que este país ha visto, desde el comienzo de la crisis ha adoptado una postura de minimizar los efectos de la pandemia, y ha decidido en los últimos días orientar a la población a volver a la normalidad, ya que para él se trata de una “gripecita” y la economía no puede parar.
El discurso está en sintonía con el pensamiento de algunos empresarios irresponsables del país.
Junior Dusk, socio de Madero, una empresa cuyo lema es “la hamburguesa de Madero hace el mundo mejor» afirmó: “el país no puede parar por causa de 5.000 o 7.000 muertes”.
Alexandre Guerra, socio de la rede fast-food de Giraffas, dijo: “¿Alguna vez te has dado cuenta de que, en lugar de tener miedo de contagiarse con el virus, deberías tener miedo de perder el empleo?”
Roberto Justus, publicista y socio del Grupo NewComm y presentador del programa «O Aprendiz«, que trata de enseñar a los participantes a ser emprendedores exitosos, sentencia: «Cualquiera que entienda un poco de estadística se dará cuenta que es un número irrisorio. Entre los enfermos, incluso los ancianos, sólo mueren entre el 10 y el 15 por ciento”.
Bolsonaro siempre ha dejado claro lo que es y lo que defiende y su discurso está en sintonía con todo lo que representa. Nadie puede alegar sorpresa. Quienes lo votaron siempre supieron que tiene poco aprecio por la vida, más aún de la población más pobre.
Al incitar a la gente a salir a las calles, el carnicero de la república envía un mensaje claro: no importa si algunos ancianos y personas con problemas de salud morirán, lo importante es salvar a las empresas, a la economía.
Hay que dejar claro que, para salvar a las empresas, Bolsonaro hará cualquier cosa, incluso sacrificar la vida de miles de personas, ya sea por coronavirus o por hambre.
No olvidemos que a principios de esta semana el presidente propuso que los contratos de trabajo se suspendiesen hasta por 4 meses, dejando a los trabajadores sin sus sueldos.
De ahí la pregunta: ¿quién puede matar más, Bolsonaro o el coronavirus?
En Brasilia, Carlos Eduardo Chaves Silva