“(…) Nuestro trabajo comenzó en 2015 aquí, en esta casa del SISERP. Allí despertó nuestra lucha LGBTI en el ámbito laboral.
Esta lucha la iniciamos dos dirigentes del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación de Criciúma y Región (SINTIACR), Eduardo (Medeiros) y quien les habla.
A lo largo de nuestro caminar, con el respaldo del Sindicato en comunión con la Rel UITA, nos dimos cuenta que 30 por ciento de nuestra categoría era LGBTI.
En general, cuando se habla de las personas LGBTI se priorizan cuestiones como prejuicio u homofobia, pero pocas veces se debate sobre las situaciones que se suceden en el ámbito laboral y la perspectiva de organizarnos como clase: organizar la base y luchar por espacios dentro del sindicato está entre nuestros objetivos principales.
Debemos entender que hay una gran diferencia entre activistas y sindicalistas.
El activista define por su cuenta lo que cree que es correcto, lo defiende y continúa en ese camino. Para el sindicalista no existe el yo, existe el nosotros.
SINTIACR y la Rel UITA están incidiendo para que las personas LGBTI se unan, se conviertan en colectivo y adhieran a otras organizaciones (estudiantiles, sindicales, barriales) para adquirir más presencia y fuerza.
Hemos organizado dos encuentros sobre diversidad. En el primero tuvimos una participación mayoritaria LGBTI y en el segundo, para nuestra sorpresa, ocho de cada diez participantes eran heterosexuales.
Si nos limitamos a hablar de nosotros para nosotros mismos, no transformaremos nada.
Precisamos abrir el campo y generar discusión en el trabajo.
Los trabajadores y las trabajadoras integrantes del colectivo LGBTI deben participar en los sindicatos. Es fundamental para asumir los desafíos que se nos presentan.
Este es un nuestro enfoque.
Como dijimos, hablar de violencia y de homofobia, está bien, pero no es suficiente. En los convenios colectivos, ¿dónde estamos, dónde están nuestras pautas específicas y quién las defiende?
Muchas revoluciones en el mundo partieron de la clase obrera. Nosotros, como UITA y SINTIACR, estamos convencidos de que desde el movimiento obrero podemos superar los prejuicios y la homofobia en este país, en América Latina y en el mundo.
Gracias”.
En Criciúma, Jaqueline Leite