El tema que pretendo abordar puede a primera vista parecer que no tiene nada que ver con el agronegocio, pero está muy vinculado.
Ya hemos hablado sobre el impacto de la reforma laboral y cómo se viene generando un empeoramiento de la vida de los trabajadores de Brasil.
Además, el actual gobierno creó una “constitución paralela”, posibilitando pasos que en situaciones normales serían imposibles.
Esos pasos necesitaban de apoyo político, y para lograrlo, usaron los instrumentos más importantes de preservación de la dignidad de los trabajadores y trabajadoras como moneda de cambio, que son el combate al trabajo esclavo y el registro y divulgación pública de los empleadores que practican trabajo esclavo.
Ambos instrumentos son fundamentales para el combate de este crimen y cayeron en saco roto.
Este año el ministro de Trabajo, Ronaldo Nogueira, apoyado por este gobierno que tiene a Brasil como rehén, creó una comisión para discutir el concepto de trabajo esclavo.
Gracias a una articulación política, entre algunas centrales sindicales y al Ministerio Público, logramos destituir esta comisión, porque entre por otras irregularidades no aceptaban la participación de organizaciones vinculadas a los derechos humanos y de combate al trabajo esclavo.
Paralelamente a esta situación habría que sumar la falta de recursos para fiscalización, algo que fue denunciado por el jefe de inspectores dedicados al combate del trabajo esclavo, quien de inmediato fue sumariamente depuesto de su cargo.
El siguiente movimiento que realizaron los corruptos en el poder, y que demuestra que carecen de límites y escrúpulos, es que a mediados de octubre publicaron una ordenanza ministerial que busca cambiar el concepto de trabajo esclavo.
Brasil era referencia en el mundo, porque abordaba el trabajo esclavo no solo por restricción de libertad, el trabajo forzoso y la servidumbre por deudas, sino porque incluía dos elementos fundamentales para la dignidad humana: la humillación y la jornada exhaustiva.
Ningún trabajador puede ser sometido a una situación degradante. Pero en mi país, muchas veces, los trabajadores rurales deben dormir junto con los puercos, y beber junto con los animales.
Con relación a la jornada exhaustiva, se registran como las doce horas de trabajo que muchos cortadores de caña realizan todos los días y las jornadas de las trabajadoras y los trabajadores bolivianos de los talleres de la industria textil.
Muchas veces esos talleres son insalubres, no tienen siquiera una ventana para que los trabajadores –en su mayoría mujeres- puedan saber si es de día o de noche.
A pesar de que estas gravísimas situaciones se continúan dando, ¿qué hace nuestro ministro de Trabajo? Edita una ordenanza para limitar los casos de trabajo esclavo a una sola condición: la del trabajo forzoso.
El trabajo degradante y la jornada exhaustiva dejarán de ser considerados como condiciones análogas a la esclavitud.
Además, bajo la nueva norma se exigirá la presencia de un policía federal en todas las operaciones de fiscalización, valiéndose de la falaz argumentación de que sería para garantizar la seguridad de los fiscales.
Obviamente es otro el motivo. Inclusive porque muchos casos de liberación de trabajadores y trabajadoras que permanecen en condiciones análogas a la esclavitud ocurren gracias a que los fiscales que van solos a inspeccionar. Al exigir la presencia policial se impedirá que el procedimiento administrativo tenga lugar.
Los inspectores del trabajo, especialistas en el sector, al analizar la ordenanza dijeron: “si esta medida ya hubiese sido aplicada en los últimos años, 90 por ciento de los casos de trabajo esclavo y de las liberaciones realizadas en Brasil no hubiesen sido considerados casos de esclavitud”.
Por otro lado, la nueva ordenanza del ministerio de Trabajo supone la eliminación del registro de empleadores que utilizan trabajo esclavo, la denominada “lista sucia”.
Ese registro fue creado para que la sociedad, los empresarios, las grandes empresas pudiesen informarse sobre la cadena del trabajo esclavo.
¿Por qué vengo a hablarles eso a ustedes? Porque es justamente el agronegocio el sector que, año tras año bate récords en trabajo esclavo.
Brasil puede fomentar que otros países vayan por este mismo camino.
Por lo tanto, vengo aquí a denunciar esta terrible situación de ataque sistemático a la clase obrera orquestado por el frente parlamentario conocido como BBB, que es la unión de las bancadas del buey, de la bala y lamentablemente de la Biblia, liderada por el frente parlamentario ruralista, cuyo presidente es el diputado Nilson Leitão, de Mato Grosso.
Leitão no solo es afiliado al PSDB sino que además es miembro de la Confederación de la Agricultura y Pecuaria de Brasil (CNA).
Esa es la representación que tenemos en el parlamento actualmente y es la que nos ataca constantemente.
Necesitamos la solidaridad internacional para enfrentar los embates que venimos sufriendo. Y sabemos que contamos con la UITA, que ha estado presente en nuestra justa lucha.