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Los golpes de Estado en Uruguay y Chile

Brasil como denominador común

El pasado 27 de junio se cumplieron 50 años del golpe de Estado que instauró una larga y violenta dictadura cívico militar en Uruguay y en setiembre próximo será el cincuentenario del golpe militar contra el gobierno socialista de Salvador Allende en Chile.

Amalia Antúnez

4 | 7 | 2023


Jair Krischke | Foto: Gerardo Iglesias

Jair Krischke, presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos (MJDH), emblemático activista que ayudó a salvar miles de perseguidos políticos de las dictaduras del Cono Sur, conversó con La Rel sobre el tema y afirma que ambos golpes tienen un factor común: Brasil.

“Existe una similitud entre los golpes Estado de 1973 en Uruguay y en Chile y es el hecho que en ambos hubo intervención de la dictadura brasileña. Esto es muy importante y está debidamente documentado”, señala Jair.

Documentos desclasificados de la CIA dan cuenta de una reunión entre el entonces presidente de Brasil, Emilio Garrastazu Medici; el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon y el secretario de Estado Henry Kissinger donde reconocen claramente la intervención de Brasil en las elecciones uruguayas de 1971.

“El 9 de diciembre de 1971, aun sin conocerse los resultados de la elección en Uruguay, Nixon habla sobre las mismas con Kissinger señalando que deben ser favorables a Estados Unidos. Traduciendo: había que aplicar un fraude para que Wilson Ferreira Aldunate no ganara”.

El golpe ya estaba siendo gestado. Esa reunión marca apenas una concertación.

La Operación 30 horas

Medici era de Bagé, ciudad cercana a la frontera con Uruguay, y acostumbraba, ya siendo presidente a reunirse con sus viejos compañeros de la escuela militar a comer ‘carretero’”, cuenta Jair.

Uno de los comensales de esas célebres reuniones era el general Ruy de Paula Couto, que en una entrevista concedida en 2007 a un canal de televisión de Porto Alegre habló sobre un pedido que el presidente le hiciera en 1971.

Medici le dijo a de Paula Couto que el gobierno uruguayo, en ese entonces presidido por Jorge Pacheco Areco, le solicitó ayuda para reorganizar el servicio de inteligencia pues estaba preocupado por el resultado de las elecciones”.

Este general viaja a Uruguay para cumplir con el pedido de Medici, lo que ya equivale a una intervención de hecho.

“En esa misma entrevista, el general de Paula Couto cuenta al periodista, que era amigo mío, sobre la “Operación 30 horas” y afirma que esta fue un pedido expreso de Pacheco Areco”.

La idea del presidente uruguayo era que en caso que la recién formada coalición de izquierda Frente Amplio ganara las elecciones Brasil invadiera Uruguay para impedir que asumiera el gobierno. Al ejército brasileño tomar el control del vecino y pequeño país no debía insumirle más que 30 horas.

“Mi amigo periodista quedó tan sorprendido por este relato de Ruy de Paula Couto que finalizada la grabación me llamó para corroborar la información. Justo yo estaba por viajar a Montevideo donde me reuniría con mi querido amigo el general Víctor Licandro1 e iba a aprovechar para consultarle”, cuenta Jair.

“Le mostré a Licandro el video que me facilitó el periodista y él me confirmó que efectivamente en 1971 se hablaba de la ‘operación 30 horas’. Es importante contextualizar esto porque marca el papel preponderante que tuvo la dictadura brasileña en el golpe del 73, antes y después”.

Según documentos del archivo del MJDH, los dictadores brasileños colaboraron con sus pares uruguayos después del golpe enviando dinero, armas y camiones para el Ejército.

“Enviaron también una gran flota de automóviles blancos marca Volkswagen que eran fabricados en Brasil para el servicio de inteligencia. Varias veces estando yo en Montevideo sabía que me estaban siguiendo cuando veía en el parabrisas trasero de un Volkswagen blanco el cartel made in Brasil”.

El quinto hombre de la Junta Militar

“En Chile fue aún peor la injerencia brasileña”, dice Jair.

Desde 1971, agentes del Servicio Nacional de Información (SNI) operaban en Chile buscando desestabilizar el gobierno de Salvador Allende y monitoreando a los exiliados brasileños, que en ese momento sumaban más de 5.000.

“Cuando digo que en Chile fue peor es porque el propio embajador de Brasil en ese país, Antônio Cândido da Câmara Canto, participaba activamente de la articulación del golpe contra Allende”.

Declaraciones de ex embajadores de Estados Unidos en Chile confirman la activa participación Câmara Canto en el golpe liderado por Augusto Pinochet, mientras ex presos políticos que estuvieron detenidos en el Estadio Nacional de Santiago tras el derrocamiento del presidente socialista afirman que eran brasileños quienes los torturaban e interrogaban.

“Fue tan importante la participación del embajador brasileño que se dijo simbólicamente que era el quinto hombre de la Junta Militar chilena. Los otros cuatro eran los comandantes del Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y Carabineros”.

“La temida Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), órgano de la represión chilena responsable de múltiples torturas, asesinatos, secuestros y desapariciones forzadas, fue organizada por los brasileños”.

Cuando los militares de Brasil quieren adjudicar toda la responsabilidad en el golpe en Chile a los estadounidenses están mintiendo, sostiene Jair. Tuvieron que ver, por supuesto, pero el papel de Brasil fue decisivo.


1-Víctor Licandro (1918-2011) fue un militar y político uruguayo que figuró entre los fundadores del Frente Amplio. Durante la dictadura pasó 10 años preso.