El frigorífico de la empresa JBS en Morro Grande, Santa Catarina, comenzó a suspender actividades el 26 de octubre pasado y el 31 del mismo mes ya había despedido a unos 700 trabajadores y trabajadoras.
“Para nosotros esta situación es grave y venimos a la Asamblea estatal para pedir auxilio y ver si podemos evitar el cierre de la unidad de JBS. De lo contrario pedimos que la empresa venda la planta y permita a otros inversores dar continuidad a la producción», apuntó Célio Elias, secretario de Salud de la Contac.
Para Modelski Júnior, es importante solicitar una contrapartida social a JBS porque están en juego 130.000 empleos en todo Brasil.