Los trabajadores exigen una reunión con la dirección de la empresa y acceso a informaciones sobre la compra, garantías laborales para todo el personal, un programa de renuncia voluntaria, además de un bono para los empleados.

El grupo de organizaciones está conformado por la Confederación Nacional de Trabajadores de la Industria de Alimentación y Afines (CNTA), la Federación Latinoamericana de Trabajadores de Nestlé (Felatran), la Regional Latinoamericana de la UITA, la Unión Internacional de los Trabajadores de la Alimentación) y la Federación de los Trabajadores de la Industria de Alimentación del Estado de São Paulo (Fetiasp), además del Sindicato de los Trabajadores de Alimentación de Araras-SP.

“Para quienes opten por renunciar voluntariamente, exigimos el pago integral de la recisión del contrato de trabajo, de acuerdo con los derechos previstos en el Convenio Colectivo de Trabajo”, señaló Artur Bueno de Camargo, presidente de la CNTA.

“Otra demanda es el pago de un monto, a título de reconocimiento por toda su dedicación y esfuerzo, a todos los trabajadores y trabajadoras, porque gracias a ellos la empresa ha logrado ser rentable y valorada”, agregó.

La operación está bajo análisis del CADE (Consejo Administrativo de Defensa Económica) del gobierno federal.

“En 2021, en plena pandemia, la empresa se negó a recuperar la inflación en los salarios de los trabajadores, alegando una crisis. Sin embargo, al mismo tiempo, se disponía a comprar nuevas unidades”, concluyó.