De la fábrica al hogar
El sector refresquero y el sistema de cápsulas monodosis
La guerra de las cápsulas
De la fábrica al hogar
Ilustración: Rel-UITA
Coca Cola y PepsiCo al incursionar en el mercado de refrescos carbonatados elaborados en casa, han comenzado una guerra cuyas primeras y principales víctimas serán los trabajadores.
Como de refrescos se trata, el mercado internacional de estas bebidas está en plena efervescencia y las principales compañías, Coca Cola y Pepsico buscan mejorar sus ventas.
Les preocupa la caída en el negocio de las bebidas carbonatadas, por ejemplo, el año pasado en Estados Unidos las ventas de Coca Cola cayeron 2,2 por ciento y las de Pepsico 4,4 por ciento, estimándose que desde 1995 la industria de las bebidas dejó de vender en ese país 1.200 millones de cajas.
La situación las llevó a iniciar una moderna guerra en la que abandonado antiguas armas, como aquella de destruirse mutuamente los envases, están utilizando cápsulas a guisa de proyectiles.
La guerra la inició un tercero en discordia conocido como SodaStream, compañía creada en 1998 que puso a la venta un aparato con el que se pueden preparar refrescos carbonatados a partir del agua de la cañería para crear soda.
Al añadirle a la soda un jarabe concentrado, también producido por SodaStream, se pueden hacer bebidas gaseosas con más de 100 sabores diferentes.
El aporte de SodaStream en esta guerra
SodaStream instaló en aeropuertos de una decena de países jaulas llenas de envases de refrescos vacíos con la leyenda “SodaStream ahorra al mundo 5.078 botellas y latas por familia cada tres años”.
Lo que motivó que Coca Cola Company exigiera la retirada de dichas jaulas o que SodaStream se atenga a las consecuencias. A lo cual Daniel Birnbaum, CEO de SodaStream respondió: “Nos parece absolutamente ridículo. Si pretenden tener derechos sobre su propia basura, entonces deberían realmente disponer de ella y limpiarla. En lugar de agradecernos por limpiar, lo que estamos recibiendo es la notificación de un abogado”.
Otra batalla de esta guerra tuvo como protagonista a la actriz estadounidense Scarlett Johansson, quien durante ocho años fue embajadora de Oxfam, conocida ONG que lucha contra la pobreza en más de 90 países.
Scarlett a principios de año firmó un acuerdo para ser la promotora global de SodaStream y posteriormente participar en un comercial de esta marca para ser difundido en el Superbwol (como se conoce el partido final del campeonato de la liga de fútbol americano) luego cuestionado por Coca Cola y Pepsi.[1]
Esto motivó su ruptura con Oxfam, organización que manifiesta estar en contra de los emprendimientos comerciales instalados en los asentamientos israelíes en Cisjordania por entender que son ilegales según el derecho internacional y allí precisamente es donde SodaStream tiene su casa matriz.
Los productos de SodaStream se distribuyen en 39 países y además de Cisjordania cuenta con fábricas en Alemania, Australia, Sudáfrica y China.
En 2012 logró duplicar sus ventas en EE.UU. y más de seis millones de consumidores utilizan sus productos cada día en todo el mundo.
La ofensiva de Coca Cola
La siguiente escalada estuvo a cargo de Coca Cola. El pasado mes de febrero anunció la adquisición, mediante el pago de 1.250 millones de dólares, del 10 por ciento de Green Mountain Coffee Roasters (GMCR).
GMCR es una torrefactora de café nacida en 1981 en el estado de Vermont (EE.UU.) que además de vender café de “comercio justo” es propietaria de las cafeteras de cápsulas Keurig.
Ambas compañías ingresarán ahora en el negocio de las bebidas frías a partir de cápsulas, prometiendo que a fin de año, o a más tardar a inicios de 2015, se podrá fabricar en casa Coca Cola (incluso en su versión light), Fanta, Sprite y Powerade, además de aguas enriquecidas y jugos.
Con el nuevo sistema llamado Keuring Cold, los consumidores podrán comprar un aparato en cualquier comercio con el cual, mediante unas cápsulas como las de café, fabricarán las gaseosas.
“Juntos podremos aprovechar las muchas oportunidades de crecimiento en el segmento de las bebidas frías monodosis a partir de cápsula”, manifestó en un comunicado el consejero delegado de Coca Cola, Muhtar Kent.
Luego del anuncio las acciones de GMCR subieron 52 por ciento, mientras las de SodaStream bajaban más de 10 por ciento.
Pepsi contraataca
Un mes después de la movida de Coca Cola, PepsiCo anunció su entrada en el negocio de los refrescos carbonatados caseros mediante un acuerdo con Bevyz, compañía con sede en Malta. Bevyz publicita que sus productos están hechos especialmente para compañías como Lipton, Del Monte y Pepsi y que es el único sistema que utiliza cápsulas capaces de dispensar bebidas calientes y frías.
La noticia provocó lógicas especulaciones de que PepsiCo se estaba preparando para competir con Coca-Cola en este segmento, aunque su CEO Indra Nooyi se limitó a declarar que “la empresa no se casaría con ningún tipo de tecnología hasta que la misma no fuera comprobada a cabalidad”.
Las consecuencias
Si el método de elaborar refrescos en casa prospera –y nada indica que tal cosa no ocurrirá– es fácil deducir las consecuencias. En primer lugar la pérdida de puestos de trabajo.
Pensemos en los despidos que provocará el cierre de plantas de embotellado en todo el mundo, a los que se sumarán los generados en la fabricación de maquinaria para la industria refresquera, los que requieren las fábricas de envases y los necesarios en la distribución –para solamente mencionar los principales– y tendremos una idea de quienes resultarán las víctimas inocentes de esta guerra.
Para complicar aun más las cosas, nadie puede asegurar que en el futuro el mismo sistema de cápsulas monodosis pueda utilizarse para elaborar cerveza en casa.