Ese proceso, dice Augura en un comunicado, “posibilitó pasar de la confrontación a la concertación, logrando superar años de violencia y agitación laboral que atentaban contra la productividad y la sostenibilidad de la actividad bananera en la región”.
“Producto del diálogo social y del modelo de concertación laboral permanente alcanzado, (…) el 96 por ciento de los trabajadores está afiliado a una organización sindical y goza de los beneficios de las convenciones colectivas de trabajo suscritas con los empresarios bananeros, que se traducen en salarios dignos y sostenibles, seguridad social integral y fondos de vivienda, educación, recreación y deportes”, agrega.
Augura reconoce también que con ocasión de la pandemia de COVID-19, la Regional Latinoamericana de la UITA contribuyó a que los productores bananeros y SINTRAINAGRO acordaran establecer unos protocolos de bioseguridad “para proteger la vida y la salud de los 22.000 trabajadores bananeros”.