-Los presagios se confirmaron, ¿verdad?
-No hay dudas.
Hoy debemos hacer frente a dos amenazas: la invasión de etanol desde Estados Unidos y los pronunciamientos del ex candidato a la presidencia y hoy senador Gustavo Petro, para quien es más peligroso producir un kilo de azúcar que un kilo de cocaína.
-Echa gasolina al fuego…
-Nos trata como delincuentes. Nos pone en tela de juicio a nosotros, a los que trabajamos, que nos ganamos nuestro sustento legalmente y aportamos al desarrollo social de toda una región.
-Demasiada irresponsabilidad…
-Lo es indudablemente, porque en este momento Colombia está necesitando de más empleo, de proteger a la industria nacional, a la producción local y los comentarios del senador no ayudan en absoluto ni a los miles de trabajadores, ni a la propia industria que los genera.
-Para alcanzar una verdadera paz se necesita fomentar trabajo, la producción local, dar atención a la agricultura familiar y agroindustrial y restringir las importaciones que inundan al país.
-Pero eso no sucede.
Con el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos se venía venir lo que hoy estamos viviendo.
Debido a las importaciones han desaparecido muchos medianos y pequeños empresarios, que no pueden competir con productos subsidiados.
Y el etanol que procede desde Estados Unidos está perjudicando a los ingenios, a un número muy importante de productores cañeros y a miles de trabajadores.
Nosotros, como parte de la sociedad civil le apostamos a la paz, pero no habrá paz sin justicia social.
Gerardo Iglesias y Francisco Salazar Garcés | Foto: Alexandra Muñoz
En Bogotá, Gerardo Iglesias