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Con Guillermo Rivera

El azúcar y su enorme impacto social

Hace dos semanas la Rel UITA se reunió con su organización afiliada, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria (Sintrainagro), y con el gremio del sector agroindustrial de la caña (Asocaña) para reivindicar la producción azucarera nacional. Con Guillermo Rivera, presidente del sindicato, dialogamos en torno a los avances en materia laboral y sindical.

-¿Cuántas convenciones se firmaron este año?
-Tres, y estamos en proceso de negociación de una más.

Firmaron en los ingenios Pichichí, Incauca y Providencia y estamos negociando con Risaralda.

-¿Estos convenios qué cobertura registran?
-Estos convenios abarcan a los afiliados de Sintrainagro, que son unos 3.000 trabajadores.

-En los últimos años se ha dado un crecimiento del Sindicato en la región azucarera del Valle del Cauca…
-Sí, hemos venido creciendo, producto del proceso de las relaciones institucionales en la defensa del azúcar y el etanol, que es el sector que más genera empleo en esa región.

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Por esa razón, algunos empresarios que eran contrarios a los sindicatos, ahora ven con buenos ojos que sus trabajadores estén afiliados a Sintrainagro.

Esto ha permitido hacer un trabajo integral y de fortalecimiento del sindicato, pero también mejorar las condiciones de vida y labor en el sector.

Un sindicato en defensa de la producción nacional y el empleo

-¿Cuál es el principal desafío para Sintrainagro teniendo en cuenta las amenazas que se ciernen sobre la industria sucroalcolera en Colombia?
-Actuamos de la misma forma, que lo hicimos en su momento junto a la Rel UITA, en la defensa de la producción bananera de Urabá.

Ahora nos toca profundizar la alianza estratégica con Asocaña y movilizar a nuestras bases.

Tenemos diferentes dificultades para enfrentar debido a las políticas de gobierno de los últimos años, que son lesivas para los trabajadores que dependen de la producción de la caña de azúcar y también para los empresarios.

Por eso hemos decidido apoyar desde el punto de vista institucional a la producción nacional y le exigimos al gobierno un compromiso para la defensa del empleo y el desarrollo social de estas regiones.

La caña no solo genera trabajo directo e indirecto a 180.000 obreros en las plantaciones y en las usinas, sino que da vida a la mayoría de los municipios que en un 60 por ciento dependen de este cultivo y su industrialización.

Por eso valoramos tanto el apoyo de la Rel UITA que desde hace años nos acompaña y respalda nuestra lucha.


En Medellín, Gerardo Iglesias