Esta semana comenzó en Argentina un juicio sin precedentes. Lo encabeza una jueza federal, hay fiscales, pruebas y testigos, pero no acusados. Todos han muerto, pues tiene que ver con una masacre cometida el 19 de julio de 1924, cuando entre 70 y 80 por ciento de los pobladores de la Reducción Aborigen de Napalpí fueron exterminados.