En los últimos 20 años, la configuración de la industria frigorífica uruguaya cambió radicalmente. El aumento de la participación de capitales extranjeros y la concentración de plantas frigoríficas en pocas manos son los acuciantes fenómenos que atraviesan actualmente a una de las actividades económicas más importantes del país.
Concentración denegada
La Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia (CPDC) rechazó la operación por la cual la brasileña Minerva buscaba adquirir tres plantas frigoríficas en Uruguay de su competidora, también brasileña, Marfrig.
Toda la carne al asador
Productores juegan sus cartas a la espera de la resolución sobre la compra de tres frigoríficos de Marfrig por parte de Minerva. Mientras tanto, los trabajadores de la industria frigorífica buscan espacios para plantear sus preocupaciones.
Un régimen beneficioso
El caso PedidosYa expone las cuentas pendientes de una ley de promoción de inversiones aprobada años atrás a la que las empresas se acogen cada vez más para obtener ventajas fiscales pero que incumplen a la hora de crear empleos.
Zona de faena
Minerva Foods va por la adquisición de su cuarto frigorífico en el país. De concretarse la compra, la firma brasileña pasaría a controlar más del 26 por ciento de las ventas de carne bovina hacia el exterior. Si se suman las cuatro plantas que se encuentran en manos de su coterránea, Marfrig Group, ambos grupos concentrarían el 56 por ciento de las exportaciones de carne bovina y más de la mitad de la faena anual nacional.
Los productores lácteos siguen desapareciendo
La lechería dejó de ser un negocio rentable para muchos productores en un país donde era una de las principales industrias. Las dificultades coyunturales de los últimos años profundizaron los problemas estructurales del sector, lo que se tradujo en una disminución de establecimientos y la caída global de la industria.