Mientras cierran empresas por cientos, se despiden trabajadores por miles y los ingresos de los sectores populares continúan desplomándose, el presidente Javier Milei incitó a invertir en una criptomoneda recién creada antes de retirarle su apoyo y pretender lavarse las manos. En pocas horas decenas de miles de personas que le siguieron la corriente perdieron lo invertido y un puñadito ganó una millonada. La tormenta perfecta de la pesadilla “libertaria”.
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