-Háblame del sindicato que representas.
-Nuestro sindicato fue fundado en 1901. Junto a otros importantes sindicatos de Córdoba es el más antiguo de Argentina. Tenemos unas 80 mil trabajadoras domésticas afiliadas que gozan de atención sanitaria por medio de nuestra propia obra social.
La secretaria general de la UPACP es Lorenza Benítez Gómez, que tiene más de 30 años de experiencia sindical y unos 40 desempeñándose como trabajadora doméstica.
Ella es indudablemente la que más sabe sobre derechos y necesidades de las trabajadoras.
Para nuestra organización ha sido un trabajo largo y difícil. Hemos luchado para asegurar los derechos laborales y garantizar la dignidad de tantas trabajadoras que han sido históricamente invisibilizadas. También hubo acompañamiento del Estado y de muchos compañeros sindicalistas.
-En el sindicalismo ha habido reticencia hacia el sector de las trabajadoras domésticas.
-Como es un sindicato exclusivamente de mujeres nos cuesta muchísimo abrir puertas. Siempre nos toca luchar y luchar para que se nos escuche, para que se nos tome en cuenta.
-En el resto de América Latina el sector de las trabajadoras domésticas y del hogar está muy relacionado con el tema de la inmigración, tanto interna como externa. ¿Es lo mismo en Argentina?
-Tenemos una fuerte inmigración desde los países limítrofes, en particular desde Paraguay. Las compañeras que llegan de este país son las que, por temor a perder el empleo, más se someten al empleador y las que menos reclaman por sus derechos.
Al contrario, las trabajadoras que llegan de Perú, y que son la mayoría, tienen más capacitación, conocimiento y defienden sus derechos.
-Consecuencia de tantos años de dictadura stroessnista y represión…
-Es así. Pero ahora estamos trabajando con las compañeras de Paraguay, especialmente con las del Sindicato de Trabajadoras Domésticas de Itapuã, al sureste del país.
El Ministerio del Trabajo de Paraguay ha buscado nuestro asesoramiento, no sólo sobre las políticas de afiliación pública de las trabajadoras domésticas sino también sobre estrategias para que se organicen.
-¿Las autoridades paraguayas reconocen los aportes que se realizan al sistema de seguridad social argentino?
-Se han alcanzado acuerdos entre autoridades que permiten que el tiempo cotizado por las compañeras en otro país sea reconocido en su país de origen, permitiéndoles jubilarse. En Paraguay, por ejemplo, sólo necesitan15 años de aportes para jubilarse, así que cuando alcancen esta cantidad en Argentina podrán regresar y gozar de su pensión.
Un pasaporte para la defensa de los derechos
Herramienta contra la trata
-A menudo, migración y trabajo doméstico van de la mano de otro fenómeno: la trata de personas.
-Lamentablemente es así. A ese propósito, la UPACP ha venido trabajando con la OIT lo que se conoce como el Pasaporte Informativo – Migración Laboral con Derechos, una herramienta de difusión, de información y de protección para las trabajadoras migrantes de los países del Mercosur y asociados.
Ya llevamos cuatro años implementando su difusión tanto en el formato impreso como en el formato de aplicación gratuita para celulares.
En esta herramienta la trabajadora migrante encuentra toda la información clave para la inserción socio-laboral en el país, como son los derechos migratorios y laborales del sector, los lugares donde dirigirse, los cuidados que debe tener.
Sin embargo, algo que nos llamó poderosamente la atención fue que cuando íbamos a repartir el Pasaporte Informativo en el sector de llegadas internacionales de las estaciones de ómnibus había personas que querían sacarnos. Es evidente que hay un problema serio de mafia y de trata que está invisibilizado.
Firmamos entonces un convenio con Migración para que estas mujeres dispongan de información adecuada desde su entrada al país.
-Supimos que se van a afiliar a la UITA. Es un placer para nosotros que se sumen, con todas sus capacidades y experiencias, a nuestra internacional.
-Para nosotros ha sido difícil ingresar a una internacional sindical, incluso a aquellas que tienen que ver con trabajadoras domésticas. Sabemos que la UITA está abriendo un espacio para estas trabajadoras y es una ocasión que queremos aprovechar.
Recientemente tuvimos una plática en Ginebra con Luisa Mele de UATRE y nos abrió el camino que, hoy, nos lleva a afiliarnos a la UITA. Para nosotras es un orgullo. Cada paso que damos a nivel internacional es fundamental y nos visibiliza más.
Latinoamérica está unida en este arduo trabajo en defensa de los derechos de las trabajadoras domésticas, y lo estamos viendo y sintiendo en esta actividad en Dominicana, y en los contactos que tuvimos en los meses pasados con Patricia Iglesias de la UITA, con Patricia Alonso del Clamu y con Ruth Díaz de la Fenamutra.